La llegada de McDonald’s al Vaticano, un dolor de cabeza para Francisco

La cadena de fast food alquiló un local en un edificio propiedad de la Santa Sede, a metros de la Plaza San Pedro. Un grupo de cardenales rechazó el acuerdo y pide la intervención del Papa por entender que McDonalds "no respetar la tradición arquitectónica". Pero la sociedad a cargo de los bienes del Vaticano ya firmó el convenio

La apertura de un local de la mayor cadena de fast food del mundo casi a las puertas de la histórica Plaza San Pedro, en El Vaticano, podría generarle un dolor de cabeza al Papa Francisco y desatar una interna entre cardenales que se muestran a favor y en contra de la llegada de esta multinacional estadounidense a la sede de la Iglesia Católica. Es que un grupo de cardenales de la Santa Sede ya alzó la voz contra la iniciativa de que en las cercanías del Vaticano se instale un McDonalds. De hecho, el cardenal italiano Elio Sgreccia calificó la determinación de "aberrante" y acusó a la multinacional de "no respetar la tradición arquitectónica y urbanística del lugar, una plaza típica con vista sobre las columnas de plaza San Pedro. En declaraciones al diario italiano.

La República, el prelado, quien no reside en el edificio donde proyectan abrir el establecimiento, dijo hablar en representación de otros siete cardenales que sí tienen residencia en la pequeña plaza, donde los edificios son de propiedad del Vaticano. De hecho, otro de los cardenales que se enfrentan al Papa le pidió, mediante una carta, que intervenga para frenar el desarrollo gastronómico.

No se puede pensar sólo en los negocios. Sería mejor utilizar ese espacio para ayudar a los necesitados, para acoger a los que sufren, como el mismo Papa enseña, agregó por su parte Sgreccia. La batalla en contra de la marca de comida rápida es tan fuerte que Sgreccia también teme que se proponga a peregrinos y turistas "comida que no ofrece garantías para la salud de los consumidores. El grupo de religiosos que representa también manifestó su preocupación por el impacto negativo que McDonalds ocasionará a la zona, ya atiborrada de turistas, restaurantes y puestos de baratijas. Sin embargo, desde APSA, la entidad controlada por la Santa Sede que administra los inmuebles del Vaticano, siguieron adelante con la iniciativa y decidieron cerrar el contrato de alquiler donde McDonalds proyecta abrir un amplio local de más de 500 metros. Se trata de una buena ocasión porque la propuesta económica que nos han hecho es buena, explicó Domenico Calcagno, presidente de APSA. El prelado agregó que el convenio "respeta todas las reglas. Si la decisión se mantiene y el Papa Francisco está de acuerdo o no se manifiesta en contra de del desembarco de McDonalds, el establecimiento estará ubicado entre la calle de Borgo Pio y la Vía de Mascherino. Es decir que el nuevo restaurante no estará exactamente en el edificio del Vaticano sino en uno cercano dónde residen muchos cardenales. El Papa Benedicto XVI vivió allí antes de ser elegido Pontífice.

De todos modos, según el diario británico The Guardian, la cadena con sede en Estados Unidos, está dispuesta a pagar miles de euros al mes por la propiedad".

El Vaticano niega que se les haya pedido a los cardenales que asuman los gastos y explica que únicamente se les ha notificado que quitarán uno de los ascensores del edificio para poder adaptarlo al restaurante.

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