La familia Macri empieza a vender la tercera marca de autos china con la idea de instalar una fábrica

Al frente del plan está el histórico ex Sevel Serafín Alvarez, mano derecha de Franco Macri. Dijo a El Cronista que van a desterrar mitos sobre la calidad de los autos chinos

En el reverso de las tarjetas de Sideco, hoy los datos de sus directivos están en chino. Una particularidad que no hubiera imaginado Serafin Alvarez, director de negocios automotrices de la firma, del Grupo Socma, cuando comenzó a dedicarse a la industria automotriz en la Sevel de Franco Macri durante los 80, donde fue su mano derecha. Pero toda la experiencia que incorporó, ahora dentro de la misma empresa que sigue siendo de miembros de la familia del Presidente, aunque ya sin Franco ni Mauricio, lo hace alejarse de las clásicas terminales europeas y estadounidenses con las que supo trabajar, para volcarse a las de origen chino. Allí, según aseguró a El Cronista, está hoy el mayor mercado del mundo (con 28 millones de autos por año) y claramente está el futuro.

Sideco acaba de recibirse como la importadora por excelencia de marcas de origen chino en todos sus segmentos. Después de una década de ingresar autos de la marca Chery, sumó los comerciales de DFSK y ahora incorporó a JAC Motors a su cartera, con modelos SUV y pick ups cuyo crecimiento en ventas en el país es de los más importantes.

En esos segmentos esperan sumar competencia fuerte a las sólidas terminales locales.

JAC Motors es una de las automotrices más antiguas de China, estatal y fundada por Mao Tse Tung. Llegará al país en junio con cinco modelos y hacia fin de año sumará un camión.

"Vimos varias compañías antes de decidirnos por JAC. Todas fueron de origen asiático pero China tiene buenos precios, ha hecho un desarrollo de productos muy interesante y crece rápidamente", relató Alvarez que asegura que la decisión de sumar la marca tiene que ver con que el grupo Socma lleva en sus genes el negocio automotriz.

La elección de JAC además es apostar fuerte a las pick ups. El segmento subió más de 35% en el último año y el país se transforma en un polo exportador más que interesante.

Alvarez asegura que la compañía tiene no solo vocación sino intensión y proyecto para instalar una fábrica en el país. Pero "hay que pensar detenidamente qué vehículo comenzaríamos a hacer dependiendo cómo podemos complementarnos con Brasil (donde no hay fábrica) o México, un país en el que la instalación está avanzada y en marcha", explicó el ejecutivo. En ese país, JAC lo hace en asociación nada menos que con Carlos Slim.

¿Por qué después de tantos proyectos aún no instalaron una planta de marca china en el país?, preguntó El Cronista a Alvarez. "Hay muchas dificultades. La inflación es una, la tecnología es otra, y es importante la capacidad que se tenga de complementación con tu partner, que debe tener la voluntad de darte parte de la producción en argentina por la integración que se requiera", explicó. Además, agregó que "Argentina todavía tiene una estructura de costos logísticos y operacionales que la convierten en no competitiva. El país tiene que ir a una matriz de exportación distinta, ir adaptando sus políticas a tal efecto. Hoy todavía el puerto es caro, el transporte es caro, los impuestos zonales o locales son muy altos".

Con JAC, tanto Alvarez como el gerente general de la marca, Diego Massa, y la responsable de Marketing, Ximena Castellani, están enfocados en posicionar la marca con una red comercial de nivel y buena asistencial.

La idea de que los artículos chinos son de inferior calidad, en general y en la industria automotriz en particular, no los desvela. "Las marcas chinas están fabricando para marcas europeas. JAC tiene un acuerdo con Volkswagen para los autos eléctricos y Chery produce Jaguar y Land Rover en china", dijo Alvarez, que aseguró además que están para "desterrar mitos". Con Chery pasaron del 0,5% del mercado en 2016 a más del 0,8% este año. Esto, creen, es muestra de que el público los elige porque nunca hubo problemas.

Sobre el mercado general, Alvarez advirtió: "no sé si podrán mantener las cifras del año pasado porque Brasil está reaccionando y su producción no se va a volcar como hasta ahora a la Argentina. Nuestro país tendrá una oferta más justa".

Mencionó también que "el ajuste del dólar se siente en los costos" y que "hubo que reacomodar precios", aunque en parte la suba de la divisa tuvo que absorberse.

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