La exportación menos pensada: la Argentina le vende pilas usadas a Europa

A fines de enero partió a Francia un contenedor con 400.000 pilas usadas (10 Tn) para reciclar. En la Argentina se tiran más de 360 millones de pilas por año. La Universidad de La Plata desarrolló hace una década un laboratorio para su reciclado, pero hasta ahora ningún municipio o empresa montó una planta a escala

Entre las exportaciones no tradicionales que se sumaron últimamente al comercio exterior argentino, se destaca el embarque de 10 Toneladas de pilas usadas (unas 400.000 unidades) que partió hace un mes desde el puerto de Zárate rumbo al de Saint Quintin, Francia, donde serán recicladas.

"Se trata de un container que aguardaba desde 2009 en la Aduana, producto de una campaña de recolección que se hizo en 2008", explicó a este diario Juan Filgueira Risso, actual titular de la Agencia de Protección Ambiental porteña (Apra). "Este es un primer paso para la solución de un serio problema ambiental", comentó el funcionario. "En esta oportunidad las empresas importadoras de pilas costearon el envío", aclaró.

Al no haber a nivel nacional una ley de "Responsabilidad extendida del productor", que obligue a las empresas a hacerse cargo de los residuos que generan una vez que termina su vida útil, este tipo de acciones quedan enmarcadas dentro de las acciones de responsabilidad social de las empresas. En la Ciudad de Buenos Aires "se está trabajando en una normativa específica, y próximamente se lanzará una campaña de recolección para que los vecinos puedan llevar sus pilas usadas a más de 30 puntos verdes en la Ciudad", adelantó.

Según datos de mercado, en la Argentina se consumen y tiran alrededor de 360 millones de pilas por año. En su mayoría van a parar junto a la basura común a rellenos sanitarios, con el consiguiente riesgo de contaminación si se filtran sus componentes a las napas.

"Las pilas alcalinas comunes (no las recargables) están compuestas por materiales valiosos, aunque potencialmente tóxicos como el óxido de Zinc, utilizado en pinturas, productos farmacéuticos y alimentos, el dióxido de manganeso, que se usa en la producción de acero y óxido de cobre, entre otros", comentó el doctor en Química, Horacio Thomas, del laboratorio de Servicios a la Industria y al Sistema Científico de la Universidad Nacional de La Plata. Allí funciona desde hace una década la primera planta piloto de reciclado de pilas, bajo un procedimiento patentado por la Universidad.

Thomas dirigió el desarrollo, junto a una ex alumna suya, Lorena Falco, quien presentó el proyecto como tesis. "El procedimiento es diferente al que usan en Francia, donde queman los materiales y liberan contaminantes a la atmósfera", explicó Thomas. "Con una máquina que armamos aquí en la Universidad cortamos las pilas, separamos los componentes y los tratamos en una solución biotecnológica ácida generada por la oxidación del ácido utilizando bacterias, con lo que no es contaminante", explicó Thomas, quien es además investigador principal del Conicet.

"Luego los componentes metálicos son filtrados por un proceso llamado lixiviación, y finalmente son recuperados por distintos métodos", explicó. Actualmente el laboratorio de la Universidad procesa unos 100 kilos de pilas por mes, equivalentes al consumo de una ciudad de 10.000 habitantes. "Nosotros ofrecemos transferir la tecnología y capacitar a municipios y empresas que quieran montar una planta para hacer este proceso a escala. La inversión requerida parte de los $ 500.000 y se evitarían graves problemas por contaminación además de brindar empleo", destacó.

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