Empresas, emprendedores y liderazgo, según los CEO de Shell, Quasar y Globant

Líder es alguien que hace mejor a los demás”. “Tengo una visión espiritualmente distinta de lo que es el fracaso”. “Primero, hay que tener un sueño grande”.

Las frases son de Juan José Aranguren, presidente de Shell Argentina; el “emprendedor serial” Andy Freire (hoy en Quasar Ventures) y Guibert Englebienne, cofundador de Globant, la multinacional tecnológica con sello argentino, quienes exhibieron su visión sobre empresas, emprendedorismo y liderazgo en el panel que compartieron este mediodía en el Encuentro de los Líderes organizado por El Cronista Comercial, Apertura e Information Technology.

Aranguren –quien, con una particular dedicatoria al ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, también habló sobre la tensa relación que mantiene desde hace años con el Gobierno- citó a un entrenador de fútbol que, según dijo, describió al líder como “alguien que hace mejor a los demás”.

El líder no necesariamente está en la cima de la organización. Y lo mismo en la sociedad. Todos tenemos la obligación de obtener lo mejor posible de los colectivos en los que participamos”, describió el presidente de Shell, quien se enorgullece de “tener la conciencia tranquila” y planteó como objetivo el trabajar y portarse de acuerdo a convicciones para ser un padre, esposo y amigo de quien los demás puedan estar orgullosos.

Ante la pregunta de qué hace falta para ser un emprendedor exitoso, Englebienne respondió: “Primero hay que tener un sueño grande”, y describió que en el caso de Globant no sólo vieron que “el mundo estaba necesitando desarrollo de tecnología” y que no estaban cubiertas las respuestas a ese mercado en la región sino que, además, querían “desafiar el hecho de que en 50 años no hubiera una multinacional (nueva) argentina, (ya que) la última era entonces Techint”. “Lo siguiente es que, además del sueño, se requiere muchísimo trabajo, enfrentar las microfallas, estás todo el día tratando de moverte y avanzar en medio de obstáculos que se te van presentando” pero que hay que tomar como parte del proceso, agregó.

Freire –que desarrolló, entre otros, el “rality” de “El emprendedor del millón” y la empresa Officenet, hoy manejada por Stapples- sostuvo que “lo mejor para la Argentina es que crezca el emprendedorismo”. Sobre su experiencia y aprendizajes, contó que tiene “una visión espiritualmente distinta de lo que es el fracaso” y que muchas cosas que no le salieron como quería. “Creo que los emprendedores tenemos siempre una manera de ver el vaso medio lleno”, destacó.

El “emprendedor serial” describió además lo que, según él, distingue a los argentinos en el mundo empresario y emprendedor. “Tenemos la piel muy curtida, por mucho entrenamiento, con una capacidad de adaptación a partir del contexto que nos permitió tener una gran capacidad de resiliencia en el tiempo”, analizó y, retomando una afirmación de Aranguren sobre el problema de que entre los argentinos esté muy extendido el “salvarse a uno mismo”, agregó: “Tenemos que aprender a usar ese talento en equipo: a veces somos buenos individualmente, pero nos falta poder poner eso al servicio de algo más grande”.

Al referirse a las diferencias entre los emprendedores y los empresarios –y a la resistencia de muchos de los primeros en ser calificados con el segundo sustantivo-, Aranguren señaló que “el emprendedor se siente un poco más libre, no está atado por estructuras preestablecidas”. Pero agregó que, “probablemente, si esas empresas evolucionan, se hacen un poco más burocrático”.

Y subrayó que lo central “no son las empresas, son las personas”. “Lo importante no es el hardware, es el software, los que estamos adentro. José Ingenieros decía que los hombres y los pueblos en decadencia viven mirando de done vienen, los hombres geniales y los pueblos fuertes miran adonde van”.

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