Aranguren: "Desde que tiene YPF, el Gobierno se dio cuenta dónde le aprieta el zapato"

El presidente de Shell Argentina asegura que a partir de ejercer el control de la principal petrolera del país, el gobierno nacional tomó dimensión de la crisis del sector y por eso empezó a sincerar los precios de los combustibles en el mercado interno.

Juan José Aranguren camina con calma. Recién comienza la rehabilitación de su pierna derecha tras romperse un ligamento en un partido de fútbol durante el cierre de año de la compañía. Pero la imagen bien podría ser la metáfora viva de un período de cierta calma que atraviesa después de la tormenta de denuncias del gobierno nacional contra la empresa que preside, y contra él en particular (ver: Los precios...).
Con 58 años, este ingeniero químico que ama el fútbol (es hincha de Boca) y la tecnología (se reconoce casi fanático) siente honra de haberse formado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) a donde también asistieron sus dos hijos.


¿Cómo vislumbra el año para el sector energético?
Este año va a haber una mayor venta, especialmente en el gasoil por el segmento del campo, porque por efecto de la sequía el consumo de gasoil cayó 5% en 2012 contra 2011. En naftas, va a seguir fuerte como viene ocurriendo en los últimos años, por lo que las empresas van a tener una demanda que les va a poner el desafío de satisfacerla en tiempo y forma.


Sobre la base de importaciones...
La capacidad instalada de refinación en la Argentina con los petróleos crudos argentinos está trabajando al máximo. Por lo tanto el marginal, por lo menos este año, va a seguir viniendo del exterior, tanto en gasoil como en nafta.


¿De cuánto va a ser el déficit de abastecimiento?
Hoy tenemos entre el 25% y 30% de gasoil en la Argentina cubierto por importaciones. En nafta recién ahora estamos empezando a tener que importar porque con muchos años de crecimiento de la demanda de entre 7% y 8%, ya estamos superando la capacidad de refinación y vamos a tener que importar en forma creciente. Solamente una recesión, que ojalá no ocurra, sería necesaria para que esto no suceda.


A menos que se hagan las inversiones necesarias...
Shell esta invirtiendo en lo que esperamos que sea un cambio en el paradigma energético en la Argentina, que es esta forma de explotación no convencional de petróleo y gas. Nosotros tenemos tres concesiones en Neuquén y estamos invirtiendo a través de aportes de capital. Pero no solamente alcanza con ese aporte, porque si nos separamos mucho de los precios internacionales, la inversión no es redituable.


¿Desde que tiene YPF el Gobierno relajó el control de los precios?
Hubo un reconocimiento de que una forma importante de financiarse es a través de los consumidores, que han pagado y puede ser que sigan pagando un valor más alto por lo que consumen. Es una realidad que durante un tiempo se quiso acotar y que llegó un momento en que eso se hizo insostenible.


¿Es decir que en términos sectoriales, la nacionalización de YPF terminó siendo una ayuda?
Creo que hoy, con una administración profesional y con el control de YPF, el Gobierno se dio cuenta de dónde le aprieta el zapato a la compañía, es decir, cómo está el sector. No tomo posición sobre el mecanismo con que se hizo porque hasta ahora, en la medida en que no haya un pago como dice la Constitución, no es una expropiación, sino una confiscación.


¿Cree que YPF va a lograr conseguir los capitales extranjeros que requiere para invertir?
La única solución para la situación energética del país es lograr atraer el capital necesario, en especial para los recursos más costosos de extraer, como la exploración no convencional. Para eso hay que tener precios razonables, estabilidad jurídica y fiscal. Nosotros creemos que va a ocurrir. La realidad tiene que prevalecer y cuanto antes sea, menor será el impacto.


¿A qué valores tienen que llegar los combustibles?
Nosotros no tenemos producción de petróleo, por lo tanto tenemos que comprar el 100% a compañías que no tienen relación con nosotros. Hace poco el Gobierno tomó la acertada medida de reducir las retenciones a las exportaciones de crudo y eso condiciona el aumento de precios en el mercado interno. Pero hay otro elemento: si la política monetaria lleva a que en un año haya una devaluación del 18%, eso implica que en pesos el costo aumente en forma equivalente.


¿El Gobierno debería desdoblar el dólar?
La historia demostró que cuando en una economía se tiene el mismo producto a dos precios distintos, se presta a que haya trasvasamiento de un mercado al otro. Por lo tanto lo ideal sería evitarlo. Pero se puede hacer una corrección gradual, sabiendo también que no solamente se puede resolver el problema de hoy sin pensar en un plazo más largo.

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