Alquiler temporario, Food-trucks, y restós a puertas cerradas, furia para hoteleros

Ley versus tendencia. Así podría denominarse la campaña de Fehgra, que nuclea a 50.000 hoteles y locales gastronómicos del país, que con una campaña de spots busca concientizar al consumidor sobre los riegos de los alquileres temporarios de inmuebles no habilitados, o de comer en food-trucks o en restaurantes a puertas cerradas en casas no registradas, todas opciones cada vez más de moda.

Cenar en un restaurante a puertas cerradas en una casa o picar algún plato gourmet en un food-truck son opciones que están cada vez más de moda. Y ya hace tiempo que los departamentos de alquiler temporario se instalaron como alternativas firmes de alojamiento en vacaciones.

Sin embargo, la mayor parte de estas opciones funcionan fuera de los canales tradicionales. Y también, en muchos casos, fuera de la ley. Hay plataformas de reserva online de hospedaje legales, pero esto no quiere decir que las ofertas que allí se publicitan también lo sean.

Por eso, Fehgra, la federación que nuclea a 50.000 hoteles y restaurantes del país, acaba de lanzar la campaña "Comer y Dormir Seguro", con la que busca concientizar sobre los problemas y riesgos que el turista o comensal corre a la hora de optar por un establecimiento informal y, a la vez, combatir la competencia desleal.

"Se estima que hay 600.000 plazas de alojamiento que funcionan por fuera de la ley en el país. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires hay más de 50 edificios que funcionan para este tipo de oferta, pero pueden ser aún más", comentó Rodrigo Verde, vicepresidente de FEHGRA, a cargo del Departamento de Actividades Informales de la entidad.

"En Fehgra estamos abiertos a la libre competencia y de elección, pero no podemos nunca permitir competencia desleal; no puede haber oferta totalmente liberalizada, que no cumpla con las normas, y otra sujeta a condiciones laborales, impositivas y que pague a cinco asociaciones de derechos de autor, con una carga impositiva del 40%. Mientras estén habilitados y registrados, estamos abiertos a nuevas modalidades de consumo", explicó Verde.

"En muchos conocidos sitios de reservas se ofrecen lugares no habilitados, informales. El sitio en sí cumple con la ley, pero muchas veces no las ofertas que publica de cabañas o departamentos. Sucede con Airbnb y con Booking, entre muchos otros", precisó.

De hecho, a nivel internacional hubo consecuencias al respecto. En San Francisco, Airbnb se comprometió a no promocionar oferta no registrada y a proporcionar al Estado los datos de los establecimientos para que evalúe si están o no habilitados, comentó Verde. En Colombia, agregó, también hubo una medida del Gobierno contra Booking, porque ofrecía alojamiento informal en contravención con la ley colombiana. "El Estado multó a los propietarios de esos alojamientos e instó a la plataforma de reservas a abstenerse de publicitar oferta informal", destacó Verde.

En la Argentina, la entidad proporcionó datos sobre oferta informal que detectó al Estado, que es quien debe fiscalizar, rastreando en sitios de reservas y contrastando la oferta encontrado con los registros.

La gastronomía no es ajena a la informalidad. "No atañe sólo a la seguridad física del consumidor, sino también de los alimentos, a falta de controles bromatológicos y también a los trabajadores, que no están registrados, no cuentan con protección social, no les abonan cargas sociales, están desprotegidos", argumentó Verde.

En gastronomía, la informalidad se centra sobre todo en dos alternativas cada vez más de moda: los food-trucks y las casas particulares que reciben comensales, a puertas cerradas. "En algunas localidades los food-trucks están registrados, pero en muchas otras no. Buscamos que cumplan con normas bromatológicas, de sanidad, tributarias y tengan trabajadores registrados", destacó.

En este caso es más difícil cotejar la oferta, porque los restaurantes funcionan a puertas cerradas y los food-trucks varían su ubicación,. aunque existen también plataformas, como Cookapp, donde se promocionan lugares no habilitados.

La campaña se inició con spots en las redes sociales, sobre los posibles riesgos de contratar alojamientos informales o de comer en lugares no habilitados. "Apuntamos primero a las redes porque es donde más contrataciones se realizan, pero luego prevemos lanzarla también en televisión", explicó.

La entidad llevó su preocupación a la Organización Mundial de Turismo (OMT) este año. "Planteamos en Ginebra ante la OMT la necesidad de que todos los actores a nivel mundial se adecuen a las reglas de juego y logramos dos puntos clave: que ya no se hable de economía colaborativa, sino de servicios turísticos privados prestados a través plataformas digitales, porque es un negocio real y concreto, y que los estados deben comprometerse a analizar el comportamiento de los nuevos actores en alojamiento y gastronomía y tender a generar un campo de juego de reglas uniformes (Level Playing Field, en inglés) para todos en lo laboral como tributario", precisó.

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