Culpas ajenas y ausencia del Estado

n Mas allá de las amenazas de quite de concesión y de aplicación de multas, en el Gobierno saben que los graves problemas financieros de las compañía de energía y gas se vinculan con el congelamiento de tarifas que ya lleva más de una década. Es decir, ingresos freezados y gastos que todos los años aumentan al ritmo de la inflación real y de las paritarias. De hecho, la luz en la Argentina, o por lo menos en el ámbito del servicio de Edesur y Edenor, es uno de los insumos o servicios más baratos del mundo.
Está claro que, tras haber perdido miles de millones de pesos anuales, ambas empresas tienen escasos recursos para modernizar sus redes. Así y todo, han venido destinando fondos millonarios para intentar que lo que ocurrió en el verano no pasara. Algunos años lo lograron, otros no. Más aún cuando el nivel de consumo en días de extremo calor como los sufridos en diciembre y enero es mayor a la oferta de energía. Para el Gobierno, la culpa es de las distribuidoras. Pero las empresas no pueden distribuir más de lo que tienen. Entonces, la responsabilidad primaria debería ser la de generar más energía. Y en ese aspecto, hasta ahora, la ausencia oficial se hace sentir. Están los miles de millones de pesos gastados en importar energía como prueba,
Quizá estos préstamos que ahora el ministro Julio De Vido le ofrece a Edesur y seguramente también a Edenor, sean una forma de reconocer que la mayor parte de la culpa es del Estado ausente.

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