

Masticar adecuadamente los alimentos es un acto al que pocas personas prestan atención, pero que resulta fundamental para la salud digestiva y el bienestar general. La mayoría come rápido, de pie, sin concentrarse en el proceso y tragando bocados apenas triturados, lo que genera consecuencias negativas para el organismo.
La digestión comienza en la boca, no en el estómago. Según explica la doctora Marta Montilla, médica endocrino y especialista en Nutrición del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, masticar correctamente determina la calidad de todo el proceso digestivo posterior y la absorción de nutrientes.
Cuáles son los efectos de masticar: cuántas veces hay que hacerlo antes de tragar
Masticar bien cumple dos funciones esenciales:
- una mecánica, al triturar los alimentos para que lleguen más deshechos al estómago,
- otra química mediante la saliva, que inicia el proceso digestivo.
La saliva favorece la absorción de nutrientes y activa las secreciones intestinales, preparando al estómago para recibir el alimento con secreciones ácidas ya disponibles.
La doctora Montilla señala en declaraciones a Infosalus que masticar cada bocado entre 10 y 40 veces es lo recomendable para alimentos sólidos. Esta práctica activa el centro de saciedad cerebral, reduce el hambre y evita comer en exceso, contribuyendo a prevenir la obesidad.

“No masticar bien engorda. Comer más lento activa el centro de saciedad, nos disminuye el hambre, de forma que comemos menos”, explica la especialista. Además, masticar conscientemente hasta 40 veces cada bocado ayuda a disfrutar la comida, disminuye los gases, reduce el estrés y previene malas digestiones.
Cuáles son las consecuencias de masticar mal
Una masticación deficiente genera múltiples problemas: al tragar aire junto con los alimentos se produce hinchazón abdominal, dolor, exceso de gases y expulsión de los mismos. También se ha relacionado con diabetes y eventos cardiovasculares, además de aumentar el riesgo de atragantamientos.
Cuando los alimentos no se trituran correctamente en la boca, el estómago debe compensar con más movimientos y secreciones para procesarlos, alargando el tiempo de digestión. Esto puede provocar heces más duras y agravar el estreñimiento, según advierte la endocrinóloga del Hospital Gregorio Marañón.
La especialista recomienda tomar bocados pequeños en lugar de sobrecargar cubiertos, ya que con menos comida en la boca es más fácil masticar adecuadamente. Con bocados grandes resulta imposible triturar correctamente los alimentos, lo que lleva a engullir la comida. Es importante adaptar la dieta a la capacidad de cada persona, especialmente niños, ancianos o quienes tienen piezas dentales faltantes, evitando alimentos difíciles de masticar como carnes secas.




