En esta noticia

Sentir la presencia de los ángeles, arcángeles o cualquier otro ser de luz del Reino Angélico puede ser una de las experiencias celestiales más especiales y pacificadoras que jamás se podrán llegar a experimentar en el plano físico.

Los ángeles se nutren de la fe que las personas le tienen. Los ángeles reciben la fe de la humanidad como un regalo y ante sus peticiones reaccionan y actúan de forma tan sútil que solo aquellas personas que están en una vibración de paz y de amor pueden percibirla.

Ángeles y arcángeles. Fuente: Freepik.
Ángeles y arcángeles. Fuente: Freepik.

Las señales más comunes que emiten los ángeles

Sentir la presencia de un ángel, mucho más en momentos críticos, es un baño de esperanza, confianza, amor, apoyo, contención y recocido.

  • Números repetitivos como 111 ó 444
  • Plumas blancas encontradas inesperadamente
  • Luces parpadeantes o destellos de luz
  • Sensación de una presencia cálida o reconfortante
  • Sueños vívidos con mensajes claros
  • Aromas agradables sin una fuente visible
  • Música o sonidos suaves que parecen llegar de la nada

Los aromas más comunes que los ángeles usan para enviar señales a los seres humanos.

Los ángeles del Reino Angélico están comandados por los 7 arcángeles de Dios. Cada uno de ellos tiene aromas que los identifican, pero, existen tres aromas generales que los identifican a todos.

El aroma de los ángeles. Fuente: Freepik.
El aroma de los ángeles. Fuente: Freepik.
  • Olor a chocolate
  • Olor a rosas
  • Olor a Vainilla

Los ángeles se comunican a través de aromas para transmitir mensajes de amor, esperanza, gozo y apoyo.

El olor a rosas representa amor divino, reconfortando el corazón y llenando de paz en momentos de angustia.

Aroma a chocolate. Fuente: Bing AI.
Aroma a chocolate. Fuente: Bing AI.

El aroma a vainilla, cálido y dulce, simboliza el gozo y la tranquilidad, recordándonos que estamos protegidos y guiados.

Por otro lado, el olor a chocolate es una señal de apoyo y consuelo, brindando esperanza en tiempos difíciles, como un abrazo espiritual que nos invita a mantener la fe.

Estos aromas se perciben como susurros angelicales que tienen el aval del Reino Angélico comandado por Dios y nos ayuda a recordar que no estamos solos, siempre habrá un guía en la adversidad.