

La Secretaría de Educación Pública (SEP) compartió un plan para convertir 35 escuelas secundarias en planteles de bachillerato vespertino, una iniciativa que beneficiará directamente a 10,500 estudiantes en 17 estados de la República Mexicana.
Mario Delgado Carrillo, titular de la SEP, explicó la lógica detrás de esta decisión: "Con la transición demográfica, muchas secundarias se están quedando sin turno vespertino. Entonces esa infraestructura puede ser utilizada en las tardes para hacer preparatorias".

El plan de la SEP para aumentar la oferta de bachilleratos vespertinos
La Secretaría de Educación Pública (SEP) destinará una inversión de 759.5 millones de pesos para la edificación de 16,194 metros cuadrados de nueva infraestructura.
El proyecto, con un plazo de ejecución de cinco meses, beneficiará a diferentes instituciones, ubicadas en los siguientes estados del país:
- Jalisco
- Yucatán
- Chiapas
- Durango
- Oaxaca
- Sonora
- Querétaro
- Puebla
- Chihuahua
- Zacatecas
- San Luis Potosí
- Michoacán
- Baja California Sur
- Coahuila
- Tamaulipas
- Nayarit
- Morelos
Además, es importante mencionar que esta iniciativa se enmarca en un plan más amplio presentado en enero de 2025, que contempla:
- Crear 40,000 nuevas plazas en educación media superior
- Construir 20 nuevos planteles de preparatorias
- Realizar 30 ampliaciones de escuelas de alta demanda
Una oportunidad para los estudiantes del país
El impacto de esta iniciativa va más allá de la simple reconversión de espacios. Se trata de una estrategia integral para combatir la deserción escolar y ampliar las oportunidades educativas en comunidades que históricamente carecían de opciones de bachillerato.
Delgado Carrillo enfatizó este punto: "Este tipo de reconversión permite llevar el bachillerato a comunidades donde antes solo había secundaria, evitando que los jóvenes abandonen sus estudios por falta de opciones".

Cambia el egreso para siempre: habrá un sistema educativo unificado
La reciente unificación de los 31 sistemas de educación media superior en México representa un gran paso para la educación.
Históricamente, el sistema educativo se caracterizaba por una fragmentación que dificultaba la movilidad estudiantil y la comparabilidad académica entre entidades federativas, generando barreras en la continuidad educativa.
Previo a esta reforma, cada estado operaba su propio sistema de bachillerato con diferencias estructurales significativas, tales como:
Planes de estudio heterogéneos
Criterios de evaluación no estandarizados
Certificaciones sin homologación
Obstáculos para la transferencia académica entre estados
Esta diversidad administrativa y curricular no solo complicaba la movilidad de los estudiantes, sino que también dificultaba la integración del mercado laboral y el acceso a la educación superior en igualdad de condiciones.
Impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, la reforma va más allá de una simple homologación. La implementación del certificado único y digital supone una transformación estructural con múltiples beneficios:
Autenticidad garantizada de los documentos académicos
Verificación inmediata de credenciales mediante tecnologías digitales
Mayor movilidad estudiantil, eliminando barreras burocráticas entre estados
Reducción drástica del fraude documental, fortaleciendo la confiabilidad del sistema educativo
Además, el nuevo sistema unificado establece dos grandes modalidades de bachillerato:
Bachillerato General
Bachillerato Técnico



