

Desde antes de que la reina Isabel II muriera, el público adepto y seguidor de la Corona birtánica ha soñado con ver a la princesa de Gales coronarse como reina junto a su esposo, el príncipe William. La imagen pública de Kate Middleton es generalmente muy positiva, percibida como elegante, trabajadora y dedicada a su familia y a sus deberes reales.
En medio de los escándalos que enfrenta la Corona británcia al interior de su familia, la princesa de Gales ha sido vista como un pilar de estabilidad en la monarquía, de hecho, muchos la han llegado a comparar con la propia princesa Kate Middleton.

Desde que se casó con el príncipe William el 29 de abril de 2011, Kate Middleton se convirtió en la integrante de la familia real con mayor aceptación entre el público, por lo que su futuro como reina de Inglaterra ya pone a temblar a la desvalorada imagen del rey Carlos III y su esposa, la reina Camila.
Expertos y críticos de la Corona británica hablaron en medios ingleses como el GNB, sobre el rol que está ocupando en la agenda real la príncesa Kate Middleton, quien, tras más de un año de notable ausencia por su estado de salud, volvió al ruedo y ahora acapara toda la atención:
"...Dividir su tiempo meticulosamente entre la crianza de los hijos, el apoyo al heredero al trono y sus deberes reales, y se las arregla para incluir una intensa rutina de ejercicios", reveló Hilary Fordwich.
La disciplina de Kate ya no sorprende: es constante, firme y casi militar. Pero lo que inquieta a la Casa Real no es solo su rutina, sino la imagen que proyecta. Kate ya se comporta como Reina. Y lo hace sin escándalos ni gestos grandilocuentes.
"La tenacidad de la princesa Kate Middleton es una brillante combinación de resiliencia, autodisciplina y madurez emocional", afirmó Fordwich. Y eso, en un momento frágil para la monarquía, es más que liderazgo: es poder real.

Una reina en la sombra de los reyes de la Corona británica
Desde hace meses, Kate es "el centro del equipo Windsor", según Simon Lewis, ex jefe de comunicaciones del Palacio de Buckingham.
Su influencia en los movimientos del príncipe William es cada vez más visible. Su estilo, entre el deber y la calma, la convierte en un sostén clave. Y eso la pone, para muchos, varios pasos por delante del rey Carlos III.
Detrás de la sonrisa amable, hay firmeza. "Se toma las cosas en serio, y menos mal", deslizó una fuente a People. Valentine Low lo resumió sin rodeos: Kate ha desarrollado "una dureza" que ya no se esconde tras las puertas del palacio.

Más popular que el propio rey Carlos III
La princiesa Kate no solo lidera en los hechos, también en las encuestas. El público la quiere, la respeta y la ve como un faro de estabilidad.
"La fe del público británico en la monarquía se ve reforzada por la visible fortaleza y fiabilidad de Kate", señaló Fordwich. Su mensaje grabado, en medio del diagnóstico de cáncer, no solo emocionó. Confirmó su temple.

Los comentaristas reales coinciden: será aceptada como Reina sin resistencia. Y su figura ya tiembla al trono actual. Porque mientras Carlos sigue buscando conexión, Kate Middleton ya la construyó. Silenciosa. Pero imparable.



