

La Ciudad de México guarda entre sus vitrinas científicas una auténtica joya del cosmos: un fragmento del meteorito Allende, el objeto espacial más estudiado del mundo. Más allá de su impresionante edad -incluso anterior al nacimiento del Sol-, este visitante del espacio ha permitido a la comunidad científica comprender mejor los orígenes del sistema solar.
Meteorito Allende: una reliquia de 4 mil 568 millones de años
El 8 de febrero de 1969, el cielo de Chihuahua fue atravesado por un cuerpo celeste que terminó impactando con fuerza en la región. Este objeto, posteriormente bautizado como meteorito Allende, se fragmentó al ingresar a la atmósfera terrestre, dispersándose en un área de aproximadamente 50 kilómetros cuadrados. De acuerdo con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), aunque gran parte del meteorito se desintegró, fue posible recuperar cerca de dos toneladas de material y se puede ver en la CDMX.

Los análisis posteriores revelaron datos sorprendentes: se trata de un meteorito carbonoso condrítico, con una estructura compuesta por pequeños granos de entre 0.5 y 1 milímetro de diámetro. Lo que lo hace excepcional no es solo su antigüedad -estimada en 4 mil 568 millones de años-, sino su contenido mineralógico.
Científicos han identificado al menos 76 especies de minerales en él, de las cuales 20 eran completamente desconocidas hasta su hallazgo. Además, contiene compuestos considerados precursores de aminoácidos y residuos de la nube de gas y polvo que dio origen al sistema solar.
El meteorito Allende, en CDMX: dónde puedes visitarlo
Una porción de este valioso meteorito se encuentra actualmente en exhibición en el Museo de Geología de la UNAM, ubicado en Jaime Torres Bodet 176, en la colonia Santa María la Ribera, CDMX. Este recinto, que forma parte del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, abre sus puertas de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 horas. El costo de entrada general es de 30 pesos por persona.

La pieza del meteorito Allende exhibida en este museo ofrece al público la posibilidad de observar un fragmento del universo primitivo. Su presencia en la capital mexicana representa una oportunidad única para adentrarse en la historia cósmica desde una perspectiva científica y accesible.
Además, la muestra forma parte de un esfuerzo mayor por difundir el conocimiento astronómico y geológico entre la población.


