

La doctora María Muñoz, especialista en aparato digestivo, alerta sobre las consecuencias de elevar la ingesta de proteína sin acompañarlo de ejercicio físico.
Según sus declaraciones, muchas personas que siguen dietas hiperproteicas persiguen ganar músculo, firmeza o fuerza, peroterminan generando grasa corporal.
Este fenómeno se debe a que el cuerpo, al no recibir el estímulo del ejercicio, no tiene motivo para usar esas proteínas en reparación y crecimiento muscular, sino que almacena lo que sobra como grasa. Muñoz recomienda no caer en modas nutricionales sin respaldo, y siempre consultar con profesionales este tipo de cuestiones.
Qué sucede cuando consumes proteína sin hacer deporte
Cuando se ingiere más proteína de la que el cuerpo necesita, y no se realiza ejercicio, no actúan los mecanismos que fomentan el desarrollo de masa muscular. Muñoz explica que las proteínas tienen una función reparadora de tejidos, pero si estos no se lesionan o estimulan -como sucede con la actividad física- ese aporte extra no se utiliza adecuadamente.

El organismo tiene capacidad limitada para almacenar proteínas como tal; el exceso se convierte en grasa corporal o se transforma en energía. Muñoz advierte que este proceso puede pasar desapercibido, ya que muchas dietas prometen músculo sin destacar lo imprescindible que es el ejercicio.
Además, existe la creencia popular de que más proteína equivale automáticamente a más músculo. La experta desmiente eso: sin entrenamiento consistente, las proteínas no cumplen ese rol activo en hipertrofia, y el resultado puede ser "más ancho", no más fuerte.
Cuánta proteína consumir y cómo evitar que se convierta en grasa
La doctora recomienda un consumo mínimo de 0,8 gramos de proteína por kilo de peso corporal. En alguien de 70 kilos esto equivale a unos 56 gramos diarios. Para ponerlo en contexto, 100 gramos de carne aportan cerca de 25 gramos de proteína, 100 gramos de pescado unos 15 gramos y un huevo alrededor de 13 gramos.
Sumado a ello, la especialista advierte queno es necesario abusar de suplementos ni productos hiperproteicos. Una dieta equilibrada, con alimentos naturales y un buen balance de macronutrientes, suele ser suficiente para cubrir las necesidades diarias.
Además, recalca que la proteína debe ir acompañada de ejercicio de fuerza o resistencia. Sin ese estímulo, el exceso no se transforma en músculo y termina almacenándose como grasa. Por eso, antes de adoptar dietas hiperproteicas, aconseja acudir a un profesional que ajuste las cantidades a cada persona.




