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Elon Musk logró lo que parecía una fantasía corporativa: transformar el complejo de SpaceX en Texas en una ciudad oficialmente reconocida bajo el nombre de Starbase.

La propuesta del millonario fue aprobada con 212 votos a favor y solo seis en contra, permitiéndole al magnate operar con un nivel de autonomía inusual en Estados Unidos. La jugada, lejos de ser simbólica, le otorga a Elon Musk el control directo sobre regulaciones locales, transporte, construcción y servicios básicos, todo con un objetivo mayor: acelerar su plan de colonizar Marte.

SpaceX, la compañía de Elon Musk. Fuente: Archivo.
SpaceX, la compañía de Elon Musk. Fuente: Archivo.

Con este estatus legal, Starbase se convierte en una ciudad corporativa gobernada por SpaceX, donde las decisiones clave recaen en una comisión conformada por empleados de alto rango. El modelo recuerda a las company towns del siglo XX, pero adaptado al siglo XXI y con una visión interplanetaria.

¿Qué es Starbase y por qué Musk la necesitaba?

Starbase nace como una solución estratégica para evitar las trabas burocráticas que dificultaban el desarrollo de Starship, el sistema de lanzamiento con el que Musk sueña llegar a Marte. Al convertirse en ciudad, SpaceX ya no necesita permisos del condado para modificar el terreno, construir viviendas o cerrar carreteras durante los lanzamientos.

Según Kathryn Lueders, directora general de Starbase, este nuevo modelo permitirá eliminar "fricciones innecesarias" y acelerar la innovación. Incluso antes de su oficialización, la empresa ya gestionaba servicios como educación y salud para sus empleados, con iniciativas como la escuela Astra Nova.

Ilustración de la ciudad de Starbase de Elon Munsk.  Fuente: Grok.
Ilustración de la ciudad de Starbase de Elon Munsk.  Fuente: Grok.

Musk gobierna su ciudad: poder sin oposición

La nueva ciudad está dirigida por una comisión municipal integrada exclusivamente por figuras clave de SpaceX.

Bobby Peden, vicepresidente de pruebas, fue designado como alcalde, acompañado por Jenna Petrzelka y Jordan Buss, todos elegidos sin oposición. Esta estructura confirma la naturaleza cerrada del proyecto, que ha despertado críticas por su falta de transparencia y representatividad.

Además del control urbano, Starbase busca ampliar su dominio sobre áreas naturales cercanas, como playas y reservas, lo que ha generado preocupación en grupos ecologistas y residentes locales. Aun así, la empresa avanza sin freno.

Elon Musk. Fuente: Archivo.
Elon Musk. Fuente: Archivo.

Viviendas, escuelas y un ecosistema a medida

Uno de los mayores obstáculos para el crecimiento de SpaceX era la escasa infraestructura en la zona.

Actualmente, solo 260 empleados viven en Starbase, mientras más de 3.000 deben desplazarse desde ciudades vecinas como Brownsville. Con su nuevo estatus, Musk podrá construir viviendas, hospitales y centros educativos diseñados exclusivamente para su comunidad laboral.

El modelo aspira a crear un ecosistema cerrado, donde SpaceX controle cada aspecto del entorno. Una ciudad hecha a medida de sus necesidades tecnológicas, sin depender de autoridades externas.

¿El nuevo Silicon Valley, versión Musk?

Elon Musk quiere convertir a su ciudad en un polo global de innovación, una Silicon Valley futurista bajo su mando. Al igual que Toyota City en Japón o el campus de Huawei en China, la nueva urbe de SpaceX está diseñada para atraer talento, acelerar avances científicos y operar bajo sus propias reglas.

¿Es esta la ciudad del futuro o el primer paso hacia un modelo urbano corporativo? Por ahora, Elon Musk ya tiene su feudo desde donde planea el próximo gran salto a Marte, planeta con el que sueña conquistar desde que era niño.