

El 15 de junio de 1952, la historia de la civilización maya cambió para siempre luego de un increíble descubriento. Tras meses de arduo trabajo en el Templo de las Inscripciones, en Palenque, Chiapas, el arqueólogo Alberto Ruz L'huillier y su equipo lograron retirar la losa que sellaba una cripta intacta por más de mil años.
El descubrimiento fue de otro mundo y aún sigue siendo objeto de estudio. En su interior, yacía la tumba de K'inich Janaab' Pakal, el gobernante más emblemático de la ciudad.


Encuentran una cripta perdida con símbolos de Pakal "El grande"y una puerta al inframundo
Tras inédito hallazgo, el equipo de arqueólogos se adentró a la cámara funeraria, casi 20 metros bajo tierra, allí, los investigadores encontraron una bóveda adornada con relieves de los dioses del inframundo maya.
En el centro, un imponente sarcófago de piedra resguardaba los restos del legendario rey. "Fue un momento de absoluta emoción y asombro, sabíamos que estábamos ante un hallazgo sin precedentes", según documentó el propio Ruz L'huillier en sus notas.

Un sarcófago lleno de misterios que inquieta a los arqueólogos
El sarcófago de Pakal es una de las piezas más estudiadas de la arqueología mesoamericana. Con más de tres metros de largo y cubierto de jeroglíficos, su tapa muestra al gobernante emergiendo desde la boca del ‘Monstruo de la Tierra', un símbolo de renacimiento.
"Los textos de esta lápida narran la vida terrenal de Pakal y su ascenso al plano celestial, ataviado como deidad del maíz", explicó el INAH en un boletín. Esta representación ha generado diversas interpretaciones, desde una escena mitológica hasta teorías especulativas sobre su supuesta relación con astronautas ancestrales.
El legado de Pakal 'El Grande' en Palenque y su preservación
Los restos de Pakal, su ajuar funerario y su icónica máscara de jade han permitido conocer más sobre la organización política y religiosa de los mayas. Su tumba, considerada una de las más espectaculares del mundo prehispánico, ha sido objeto de constantes estudios y proyectos de conservación.

En la actualidad, una réplica de su cámara funeraria se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, mientras que el Museo de Sitio de Palenque, nombrado en honor a Alberto Ruz L'huillier, resguarda parte de los hallazgos originales.
Con tecnología de monitoreo ambiental, la tumba sigue bajo estricta vigilancia para garantizar su preservación.




