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Con 77 votos a favor y 33 en contra, el Senado aprobó la llamada Ley de Telecomunicaciones, que otorga al Gobierno Federal el acceso total a los datos de los usuarios de telefonía móvil en México.

Para tener servicio móvil ahora es obligatorio identificarse con CURP biométrica (personas físicas) o RFC (empresas). En el caso de extranjeros, se pedirá nombre, país de origen y número de pasaporte.

Aunque algunos artículos polémicos fueron retirados (como el bloqueo de redes sociales), lo que quedó en el dictamen preocupa a defensores de la privacidad.

¿Qué podrán hacer las autoridades?

La ley obliga a las empresas de telefonía a entregar la ubicación en tiempo real de cualquier usuario, conservar el historial de llamadas, mensajes y chats durante años y proporcionar datos como nombre completo; origen, destino, duración y contenido de mensajes; características técnicas del dispositivo, y lugar y hora de activación de la línea.

Todos estos datos se incorporarán a un nuevo padrón nacional de telecomunicaciones.

De negarse las compañías, aún sin autorización previa de un juez, serían sancionadas penalmente.

Para la oposición, esta ley representa la legalización de un Estado vigilante, donde el Gobierno monitorea a cualquier ciudadano sin controles judiciales. Fuente: archivo
Para la oposición, esta ley representa la legalización de un Estado vigilante, donde el Gobierno monitorea a cualquier ciudadano sin controles judiciales. Fuente: archivo

¿Espionaje o seguridad?

Para la oposición, esta ley representa la legalización de un Estado vigilante, donde el Gobierno monitorea a cualquier ciudadano sin controles judiciales.

Por otro lado, Morena y aliados defienden que la ley busca combatir delitos como extorsión y secuestro, y aseguran que no habrá censura ni espionaje político.

La ley ya fue aprobada en el Senado y ahora pasará a la Cámara de Diputados, donde Morena y aliados de la ley tienen mayoría.