

En las profundidades del Monte Ararat, a 160 metros bajo tierra, un equipo de investigadores encontró indicios que podrían respaldar la existencia del Arca de Noé.
Este hallazgo, que une tecnología de punta con una de las historias más antiguas de la humanidad, sorprendió tanto a científicos como a historiadores, dando lugar a un intenso debate entre la fe, la ciencia y la historia.
Así, el proyecto Noah's Ark Scans empleó escaneos 3D de última generación para identificar una formación geológica que guarda una asombrosa similitud con las dimensiones descritas en la Biblia.

Los escaneos 3D hallaron una estructura de proporciones bíblicas
Los arqueólogos del proyecto Noah's Ark Scans emplearon tecnología de escaneo 3D de última generación para explorar las profundidades del Monte Ararat.
Los resultados fueron sorprendentes: localizaron una formación gigantesca cuyas proporciones coinciden exactamente con las descripciones bíblicas del Arca de Noé.
El investigador Andrew Jones y el científico principal Fethi Ahmet Yüksel, del Departamento de Ingeniería Geofísica de la Universidad de Estambul, confirmaron que la estructura mide aproximadamente 150 metros de longitud, equivalente a los 300 cubitos mencionados en las escrituras sagradas.
"Tal línea paralela y ángulos rectos debajo de la superficie es algo que no esperarías ver en una formación natural y geológica", declaró Andrew Jones, añadiendo que "estos resultados son lo que esperarías ver si este es un barco hecho por el hombre que coincide con los requisitos bíblicos del Arca de Noé".
La precisión de estas mediciones causo un gran impacto en la comunidad científica, ya que la probabilidad de que una formación natural reproduzca exactamente las dimensiones específicas descritas en textos milenarios es estadísticamente improbable.

¿Formación natural o estructura artificial?
A pesar de los hallazgos prometedores, la comunidad científica permanece dividida respecto a la interpretación de estos descubrimientos. Mientras algunos arqueólogos consideran que las evidencias apuntan hacia una estructura artificial de origen humano, los geólogos mantienen una posición más escéptica.
Los geólogos argumentan que la formación, descubierta inicialmente hace unos 50 años, podría tratarse simplemente de una formación rocosa natural. Esta perspectiva se basa en la comprensión moderna de los registros fósiles y la evolución geológica del planeta, que, según muchos científicos, resulta "inconciliable" con el relato del diluvio universal descrito en el Génesis.
Sin embargo, los defensores del descubrimiento señalan que las características estructurales identificadas mediante los escaneos 3D presentan patrones geométricos y dimensionales que difícilmente podrían atribuirse a procesos geológicos naturales.



