

El antropólogo Paul Warner asegura haber descubierto evidencia de que la tumba de Jesús se encuentra oculta en un compartimento secreto dentro de la Gran Pirámide de Guiza.
De confirmarse, este descubrimiento cambiaría radicalmente nuestra comprensión tanto de la historia del cristianismo primitivo como de la arqueología egipcia.

El misterioso hallazgo bajo la Gran Pirámide
Según información publicada por The Express y recogida por el Jerusalem Post, el arqueólogo Paul Warner sostiene que estos restos sagrados permanecieron ocultos durante milenios detrás de un bloque de piedra en la base del pasadizo sur de la pirámide.
El arqueólogo reveló su teoría tras reunirse con el ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Ahmed Issa, en octubre de 2022.
El investigador fundamenta sus conclusiones en un análisis exhaustivo de fuentes textuales religiosas -incluyendo manuscritos tempranos del cristianismo, el judaísmo y el islam-, complementado con técnicas de excavación y datación de última generación, así como con modelos teóricos basados en principios de la mecánica cuántica.
Así, aseguró haber detectado formaciones artificiales más allá de una obstrucción de piedra en el corredor sur de la pirámide, lo que según él marca una entrada inexplorada hacia una cámara doble secreta.
Una investigación que combina ciencia y fe
La metodología propuesta por Paul Warner integra marcos epistemológicos de índole científica y teológica.
En su fase preliminar, el investigador realizó un análisis comparativo detallado de corpus textuales -incluyendo escrituras canónicas cristianas, judías e islámicas, así como tablillas cuneiformes mesopotámicas- mediante técnicas de filología cuantitativa y análisis semántico computacional.
Paralelamente, empleó métodos avanzados de prospección arqueológica no invasiva y protocolos de datación absoluta para caracterizar la estructura interna de la Gran Pirámide de Guiza y detectar anomalías geométricas o materiales.
Así, cuestionó los procedimientos de la Misión Scan Pyramids, argumentando que no habría facilitado la perforación selectiva en la denominada "barrera de piedra" que presuntamente resguardaría un compartimento funerario oculto.
En la fase teórico-conceptual, su investigación exploró la convergencia entre profecías religiosas y principios de la física cuántica -particularmente la no localidad y el entrelazamiento cuántico-, extrapolando estos fenómenos en el campo de la supercomputación distribuida y la consciencia colectiva.
Por consiguiente, formula la hipótesis de que la corroboración empírica de estas interrelaciones podría promover un diálogo interreligioso asentado en fundamentos epistemológicos comunes, con posibles repercusiones positivas para la estabilidad sociopolítica en Oriente Medio.

Posibles implicaciones para las principales religiones
De confirmarse esta teoría, sus repercusiones serían extraordinarias para las tres grandes religiones monoteístas, dado que el cristianismo sitúa tradicionalmente la tumba de Jesús en Jerusalén.
Paul Warner sostiene que estos hallazgos podrían redefinir nuestra comprensión histórica y teológica de episodios clave en las tradiciones abrahámicas.
Pese a la audacia de sus planteamientos, la comunidad científica convencional mantiene un sano escepticismo, subrayando la necesidad de pruebas arqueológicas irrefutables antes de considerar estas hipótesis con seriedad.
Por el momento, las autoridades en Egipto aceptaron revisar los datos recopilados, a cambio de su colaboración técnica, si bien no se concretó ningún plan inmediato para una inspección física de la supuesta cámara oculta.




