

La violencia del narcotráfico y las extorsiones siguen siendo uno de los principales obstáculos para las empresas que buscan operar en México y dar trabajo a la población, este es el caso de OXXO. Negocios de todos los tamaños enfrentan el dilema de pagar "derecho de piso" o cerrar sus puertas debido a las extorsiones del crimen organizado.
En este contexto, Femsa, la compañía dueña de OXXO, dejó clara su postura: "Una de las características no solamente de Oxxo, sino todos los negocios de Femsa es que no hay ninguna posibilidad de diálogo o de márgenes con el crimen organizado", afirmó Roberto Campa Cifrián, director de Asuntos Corporativos.

El directivo subrayó que la empresa prefiere sacrificar operaciones antes que ceder a la delincuencia. "Aquí no hay ninguna relación, ningún pago (de extorsión al crimen organizado); cuando ha sido necesario hemos cerrado las tiendas", aseguró en declaraciones recogidas por Forbes México.
El impacto no es menor: en 2024 Femsa cerró más de 200 tiendas Oxxo en Nuevo Laredo, Tamaulipas, tras intentos de extorsión. La compañía también clausuró un centro de distribución de Coca-Cola FEMSA en Puente Ixtla, Morelos, para no poner en riesgo a su personal.

La medida extrema de FEMSA: cerrar antes que pagar
La estrategia de Femsa se sostiene en un principio inquebrantable, el de no negociar con la delincuencia. De acuerdo con Campa Cifrián, la empresa asume las pérdidas temporales que implican los cierres como una decisión ética y de seguridad para clientes y empleados.
"Padecemos condiciones de inseguridad, pero hay que reconocer los esfuerzos", señaló el directivo. Explicó que la compañía trabaja en conjunto con autoridades locales y federales para combatir los robos y frenar la impunidad, lo que ha permitido una reducción en los incidentes contra sus sucursales.

La importancia de OXXO en México y los cierres previos
Oxxo es la cadena de tiendas de conveniencia más grande de América Latina, con más de 22,000 a 23, 000 sucursales en México. Su presencia la convierte en un actor económico y social clave, especialmente en zonas donde es el único punto de acceso a productos básicos.
La amenaza de cierres masivos tendría un fuerte impacto en la vida cotidiana de miles de familias, pero Femsa insiste en mantener su política de cero tolerancia al crimen organizado. "Advertimos que hay un esfuerzo eficaz en el combate al robo de combustible... y trabajamos muy cerca de las fiscalías de los estados", destacó Campa.
Los antecedentes en Tamaulipas y Morelos evidencian que esta medida no es hipotética, sino una realidad que podría repetirse en cualquier región del país. Para Femsa, cerrar tiendas es el último recurso, pero uno inevitable cuando la seguridad está en riesgo.




