

Obtener la ciudadanía estadounidense acaba de convertirse en un desafío mucho mayor. Desde el 20 de octubre de 2025, los residentes permanentes que sueñan con el pasaporte azul enfrentan un nuevo examen de naturalización que duplica el número de preguntas y eleva el nivel de dificultad.
Este no solo exige más conocimientos sobre historia, sino que además viene acompañado de controles más rigurosos en redes sociales, investigaciones vecinales y evaluaciones más estrictas del "carácter moral" de los solicitantes.

Del sueño americano a la pesadilla del examen: lo que cambió y por qué es más difícil aprobar
El Examen de Ciudadanía para la Naturalización representa un salto cuantitativo y cualitativo respecto a su predecesor. Mientras la versión anterior incluía 100 preguntas potenciales de las cuales el oficial seleccionaba 10 al azar, el nuevo formato amplía el banco a 128 preguntas y realiza 20 selecciones aleatorias. Pero ahí no termina la complejidad: ahora los aspirantes deben acertar 12 respuestas en lugar de seis para aprobar, lo que significa un 60% de efectividad requerida.
El enfoque temático también sufrió una transformación. Las preguntas de geografía desaparecieron por completo, mientras que la historia estadounidense y el funcionamiento del gobierno federal ganaron protagonismo absoluto.
Una característica que genera especial ansiedad entre los solicitantes es la discrecionalidad otorgada a los oficiales del USCIS: una vez que determinen si el aspirante aprobó o reprobó, pueden suspender el interrogatorio sin completar las 20 preguntas. Esta mecánica elimina cualquier margen de error y convierte cada respuesta en un momento decisivo que puede sellar el destino de años de espera.
Vigilancia total: investigan hasta a tus vecinos antes de darte el pasaporte
El examen más difícil es solo la punta del iceberg. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) implementó un paquete de medidas de control que transforman la naturalización en un proceso de escrutinio integral.
La agencia federal reanudó las investigaciones en los vecindarios, una práctica que permite a los oficiales tocar puertas y preguntar a las personas cercanas al solicitante si este "merece la ciudadanía" o representa "una amenaza a la sociedad".
Paralelamente, amplió el alcance de sus revisiones en redes sociales. Ahora evalúan "actividades anti-estadounidenses", posibles vínculos con grupos terroristas y hasta "evidencias de actividades antisemitas".
Cualquier publicación, me gusta o comentario puede convertirse en evidencia negativa. La agencia también considera solicitudes previas de parole humanitario como un factor en su análisis, expandiendo la red de información que pueden usar para denegar una solicitud.
El concepto de "buena conducta moral" también se redefinió. Ya no basta con no tener antecedentes criminales; ahora se espera demostrar "contribuciones positivas a la sociedad estadounidense".

¿Quiénes quedan atrapados en el limbo? La fecha límite que lo cambió todo
La normativa afecta exclusivamente a quienes presentaron su solicitud 30 días después de que los cambios fueron publicados en el Registro Federal. Esto significa que miles de personas que planificaban aplicar en los próximos meses se encontraron súbitamente frente a un obstáculo mucho mayor del que anticipaban.
De todas formas, existe una excepción: los residentes permanentes mayores de 65 años que lleven por lo menos 20 años en Estados Unidos mantendrán el derecho a realizar la versión antigua del examen.
Esta salvaguarda reconoce las dificultades adicionales que enfrentan las personas mayores para adaptarse a nuevos requerimientos académicos, aunque muchos activistas argumentan que debería extenderse a otros grupos vulnerables.




