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El comercio exterior, en un menú de cinco pasos

La coyuntura actual que atraviesa el comercio exterior, decantará en diferentes medidas que tan inevitables como necesarias, permite vislumbrar un panorama más apetecible para el sector exportador. Ahora bien, ante mejores condiciones pero con un escenario normativo similar al actual, requerirá que los operadores sepan atender… las cinco claves del comercio exterior.

Tipo de cambio retrasado, costos de producción en constante ascenso y -como si fuera poco- una Aduana y un Banco Central, con una alta actividad fiscalizadora. Este panorama no pareciera ser sostenible. Incluso hoy, se empieza a sentir cierta  desaceleración en el aumento de los costos (tendencia que deberá consolidarse) y, pareciera inminente un ajuste del tipo de cambio. Sumado a esto, la situación de emergencia de ciertos sectores exportadores hace que no pueda demorarse una revalorización de los estímulos a las exportaciones.

Es por ello que sin pecar de excesivo optimismo, podemos esperar un mejor escenario para las exportaciones y, para sacar el mayor provecho de este eventual escenario favorable, resulta necesario repasar 5 momentos cruciales de una operación de comercio exterior.
 


Claus Noceti, director de Servicios Legales de PwC Argentina, líder del área de Comercio Internacional y Aduanas

Aperitivo: Sin insumos ni bienes de capital, no hay producción, por eso la actividad exportadora depende de las importaciones. Las DJAI´s hoy, las licencias ayer, y lo que venga mañana (probablemente un nuevo sistema de licencias), junto a las restricciones cuantitativas de las transferencias al exterior, nos regalan un blend poco amigable. Resulta entonces conveniente evaluar alquileres de bienes de capital, en vez de compras; y en cuanto a insumos, procurar envíos más acotados, aunque constantes, o incluso utilización de zonas francas.

Entrada: Ya en producción, debemos tener en cuenta los plazos a los cuales podemos vender. El BCRA estableció diferentes plazos para ingreso y liquidación del contravalor de las exportaciones, y toda liquidación fuera de término generará una doble consecuencia: liquidación del cobro al tipo de cambio histórico del día en que venció la obligación de liquidar; y la posible aplicación de sanciones a través del Régimen Penal Cambiario. Ahora bien, se presenta como una buena receta para vender a mayores plazos y mejorar la competitividad, la ventaja ofrecida por una reciente inclusión normativa del BCRA que permite liquidar divisas propias, de forma tal de dar por cobrada las exportaciones con dicha repatriación y luego reponer los fondos utilizados cuando se realice la cobranza en el exterior. Otra opción son los envíos en consignación.

Primer Plato: Al momento de la negociación del precio es importante notar que incluso frente a este acto elementalmente libre del comercio exterior, existen importantes limitantes desde la normativa vigente. Al respecto, no solo la DGA sino también el BCRA controlarán que estos precios sean acordes, de mercado, y no estén artificialmente constituidos. Es decir, que los precios pactados surjan de una libre negociación, como entre partes independientes. La comparabilidad de los precios, será relevante.

Segundo Plato: Adquiridos los insumos y bienes de capital, acordados los plazos de pagos y negociados los precios conforme normativa aduanera y cambiaria, solo resta perfeccionar la exportación y cobrar los reintegros de exportación. Sin embargo cobrar reintegros de exportación es un logro, cuanto menos, difícil de conseguir. En este sentido además de la debida observancia respecto a los plazos para ingreso de divisas, puede trabajarse también en la posibilidad de compensar los créditos por estímulos con deudas de tipo impositiva, una receta poco conocida, pero siempre exitosa a la hora de adelantar estos cobros.

Postre: Para el final del menú, los cada vez más habituales controles ex-post (el “post” no es de postre, sino de posterior a la liberación). Aún luego de la liberación de la mercadería, donde creemos que todo terminó,  podremos sufrir los avatares de los equipos especializados de control de la DGA y el BCRA. Por ello, debemos permanentemente monitorear proactivamente las operaciones realizadas.

Menú completo, bon appétit.

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