El camino al liderazgo: de CFO a CEO
El director Financiero que busque ocupar una posición como gerente General deberá desarrollar una serie de competencias requeridas para el nuevo rol. Qué habilidades se necesitan y por qué no suele ser sencillo. La mirada de un headhunter.
Cuando evalúo un candidato que es actualmente un CFO y que podría ser presentado para ser un CEO, hago un repaso de su trayectoria, sus logros y formación, pero me concentro más en conocer y evaluar estas competencias blandas y sociales. ¿Por qué? En general, los CFO tradicionales son percibidos de la siguiente manera:
- Están bien preparados académicamente.
- Son numéricos y se inclinan por ser "task oriented".
- Son más tácticos que estratégicos.
- En general son serios, poco empáticos, introvertidos y poco desarrolladores de equipos. A veces, callados, disciplinados y poco sociables.
- Son leales, cuidan a la empresa, tienen valores éticos, pero pueden ser vistos como "el Sr. No".
Estas características probablemente no sean las más adecuadas para ser CEO, porque se requiere:
- Ambición y animarse a tomar retos más allá de su zona de confort.
- Tener un buen manejo de equipos, liderazgo y vocación por desarrollar a la gente.
- Comunicar bien, tener cierta capacidad de oratoria, empatía y poder de influencia.
- Tener una visión estratégica de largo plazo, conocimiento del negocio, perfil comercial, ser sociable, flexible, tech-friendly y abierto a la innovación.
- Tener contactos y experiencias laborales fuera del país.
Qué competencias deberían desarrollar los CFOs con potencial para una posición de CEO: hay que ser valiente, estar dispuesto a asumir riesgos y tener ambición por crecer. Muchos CFOs tuvieron una carrera más bien conservadora y no "levantan" la mano para pedir una oportunidad de mayor responsabilidad. Son poco proactivos en tomar el control de su carrera y esperan ser reconocidos. Al contrario, hay que tomar riesgos, preocuparse por el aprendizaje continuo, ser technology friendly e interesarse por tener una visión integral del negocio y no solo ver los "números".
No solo debe tener experiencia en gerenciar personas sino también ser capaz de ejercer el liderazgo de su equipo. Gerenciar gente es más operativo y, si bien no es algo fácil, ser líder es aún mucho más difícil y a veces se tiene esa competencia y otras, no.
No basta con ser un buen gerente teniendo un estilo de gerenciamiento participativo, human touch, preocupado por desarrollar a su gente y en armar buenos equipos. Es necesario, pero no suficiente para llegar a ser un líder admirado. Liderazgo es algo que está dentro del ADN de cada profesional que puede desarrollarse, pero hasta cierto punto cuando no se trata de una habilidad innata. Siempre es recomendable hacerse una evaluación ("management assessment") para conocerse mejor, tener un buen feedback, determinar acciones de desarrollo y buscar un buen mentor.
Hay que conocer el negocio en forma integral y, en particular, su parte comercial, y tratar de hacerlo en el campo visitando clientes, buscando cerrar negocios y entendiendo lo que significa una buena experiencia del cliente. Hay que ser generalista y salir del silo de la función, entender las redes políticas y de poder de las empresas y hacer networking.
Hay características de la personalidad que ayudan a crecer como ser humilde, comunicativo, dar la cara y tener disposición hacia los nuevos desafíos. Se debería intentar trabajar fuera del país, asignado o por proyectos, ya que la experiencia contribuye a entender otras idiosincrasias, ser más flexible y adaptable a nuevas estructuras organizacionales.
Un buen CEO tiene que "no solo saber qué hacer sino cómo hacerlo". Y en el "cómo" pesan los valores, las competencias blandas y sociales. Habrá que adaptarse, entender cómo se trabaja por proyectos en organizaciones "lean", más horizontales y transparentes. Una coyuntura que obligará a CFO ambiciosos a estar alerta, preparados, y dispuestos a enfrentarla para llegar a ser un CEO exitoso.