Ajuste contable, nuevo desafío para los profesionales

El aumento de la inflación en la Argentina obliga a las empresas ajustar sus estados contables tanto por requerimientos contables internacionales como locales.

Sergio Crivelli, socio director de BDO, afirmó "hoy no hay dudas de que la inflación superará 100% en tres años", y esto es importante porque es el parámetro que marcan las normas contables internacionales y locales para considerar hiperinflacionaria a una economía y, por lo tanto, están ahora dados los factores cuantitativos para que las empresas argentinas deban ajustar sus balances por inflación por un indicador que en general es el Indice de Precios al Consumidor.

 

Crivelli hizo estas declaraciones en el Ciclo de Conferencias que BDO realiza en Ucema, y que en esta ocasión versó sobre el ajuste por inflación. En el caso del ajuste por inflación contable, el socio de BDO en el sector de Auditoría Fabián Marcote comentó que "en la medida en que la inflación no está reflejada en los estados contables, la información no estará presentada en forma útil". Marcote retrató la situación actual en la Argentina, donde las recientes reformas introducidas del Impuesto a las Ganancias imposibilitando la aplicación del ajuste por inflación impositivo para 2018, también incorporó la posibilidad que los organismos de contralor, como la IGJ, el BCRA y la CNV, que reciban estados contables ajustados por inflación. Según esa norma, para que sea aplicable el ajuste contable por inflación falta que los organismos de contralor involucrados dicten resoluciones reglamentarias de esa ley en cuanto a la vigencia de su aplicación. Desde el punto de vista de las normas contables profesionales dictadas por la Federación Argentina de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas (FACPCE) y de varios Consejos locales, como el porteño, el ajuste por inflación contable debe aplicarse desde los balances que cerraron el 31 de julio pasado.

El impacto de la hiperinflación en los estados financieros que se utilizan para consolidar, según los principios contables generalmente aceptados en Estados Unidos (US GAAP), que requiere la conversión de los estados contables a dólares, son los que siguen, indicó Marcote:

Cuando la economía se convierte en hiperinflacionaria, la moneda funcional debe ser el dólar estadounidense.

Los activos no monetarios deben remedirse al tipo de cambio vigente a la fecha de su incorporación.

Los activos y pasivos monetarios ya están medidos al tipo de cambio de la fecha de cierre.

Los resultados se determinan al tipo de cambio de cada fecha, pudiendo utilizar promedios.

La vigencia para los estados contables de empresas que están en Argentina y deben presentar información a EE.UU. es a partir del 1° de julio de 2018 en forma prospectiva. O sea que las autoridades sobre normas contables de los Estados Unidos permiten que "lo que pasó, ya pasó", enfatizó Marcote, al tiempo que aseguró que, con esas características el régimen de ajuste por inflación de los estados contables bajo principios contables norteamericanos es más fácil de implementar que el de las IFRS (International Financial Reporting Standards).

En el marco de las normas IFRS, la empresa debe elegir la moneda funcional para presentar sus balances. Los efectos de la hiperinflación según IFRS, que parten de la obligatoriedad del ajuste, son como siguen, expresó Marcote:

Los estados financieros de empresas que presenten información en la moneda de una economía hiperinflacionaria deben quedar establecidos en términos de la unidad de medida corriente en la fecha de cierre del balance, elaborados a costo histórico o costo corriente.

Las pérdidas o ganancias por la posición monetaria neta deben incluirse en la ganancia neta.

Las partidas monetarias no serán reexpresadas.

Los activos y obligaciones con cláusula de ajuste serán ajustadas en función al convenio o acuerdo.

Los demás activos y obligaciones: los que se llevan por sus valores corrientes de cierre no se reexpresan y los restantes se reexpresan desde la fecha de adquisición o de su revaluación.

El límite es el valor recuperable de los bienes, enfatizó Marcote. Por otra parte, al activar intereses por préstamos debe considerarse la porción real (neta del componente inflacionario), y cuando un activo se adquiera a plazo y no pueda separarse el interés implícito, tales activos podrán reexpresarse desde la fecha de pago y no la de adquisición. Las partidas de Patrimonio Neto se reexpresan todas y las partidas de resultados deben ser reexpresadas desde la fecha en que fueron incurridos. En cuanto a cuestiones de orden práctico, Marcote citó la anticuación (y agrupación) de las partidas relevantes; la preparación de los coeficientes para cada fecha; la adaptación de los sistemas informáticos; la revisión de los circuitos operativos y la capacitación.

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