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Las mujeres
del Presidente

Karina Milei, Victoria Villarruel y Sandra Pettovello son piezas claves dentro de la administración libertaria. Recelos, tensiones y lealtades de las tres principales figuras femeninas del Gobierno

Es 28 de diciembre, es jueves y en Casa Rosada se está llevando a cabo la reunión de Gabinete del gobierno de Javier Milei, en el Salón Eva Perón. Entre los presentes se encuentran Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación. Villarruel no duda en el momento de hablar. No teme. Expresa su descontento con el DNU 70/2023 que había sido publicado días antes en el Boletín Oficial. La objeción que plantea es que se está pasando por encima de las leyes y de las instituciones. El Jefe la escucha atentamente.

El Jefe es Karina Milei. Y es uno de los dos nombres que utiliza habitualmente el presidente para nombrar a su hermana. El otro es el Mesías.

Diez días después, en un acto con aires de triunfo, El Jefe no le va a permitir a Villarruelingresar a la reunión de Gabinete, con la excusa de que llegó unos minutos tarde y su hermano, el Loco, odia la impuntualidad.

La escena ocurre durante los fuertes calores del verano, y es solo una de las que se van a vivir entre las funcionarias que, según explican los que las conocen desde que comenzó la batalla cultural, nunca se llevaron bien.

En ambos encuentros, una tercera mujer hace de espectadora. Atenta, observa qué cosas no le conviene hacer durante sus días de funcionaria. Conoce bien al presidente. Un poco menos a su hermana. Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano, decide no confrontar con ninguno de sus jefes. Va a perseguir, en cambio, una relación casi simbiótica con los hermanos Milei. El objetivo es sobrevivir.

“Kari es Moisés y yo soy Aarón, soy solo un divulgador”

Javier Milei, sobre la relación con su hermana Karina

Dice la Real Academia Española que Jefe es “una persona que manda sobre otras”, mientras que Mesías se entiende como el “salvador y rey descendiente de David” en el judaísmo y como el “redentor enviado por Dios para salvar a la humanidad” en el cristianismo. Sin importar la religión, la RAE explica que, en tercer lugar, el Mesías se puede entender como “un sujeto real o imaginario en cuyo advenimiento hay puesta confianza inmotivada o desmedida”. Todo eso representa Karina en la administración libertaria.

“Mirá, vos sabés que Moisés era un gran líder, pero no era bueno divulgando. Entonces Dios le mandó a Aarón para que divulgue. Bueno, Kari es Moisés y yo soy Aarón. Soy solo un divulgador”, decía Milei tiempo atrás, en una entrevista con Viviana Canosa, para definir el rol de su hermana y el vínculo que tienen

El Jefe, que desembarcó en la Casa Rosada sin nunca antes haber tenido un cargo en el Estado, estudió Relaciones Públicas en la UADE, tuvo un emprendimiento de repostería ―“Sol Sweet”, del cual tiene la marca registrada―, aprendió a tirar las cartas del tarot y, según explican en su entorno, también se convirtió en medium, es decir, una mediadora entre los espíritus y los seres humanos vivos.

Pero, sobre todo, Karina es el filtro del círculo chico del presidente Milei, y quien tiene el poder de veto porque, para el presidente, su opinión siempre tiene más peso

Perfil bajo

La secretaria General de Presidencia mantiene un perfil bajo y lejos de las cámaras y los flashes, pero es una persona con carácter, que casi siempre logra tener la última palabra sobre varios sectores del Gobierno. Muchos la igualan a la figura de una primera dama, rol que muchas veces ejerció, como cuando acompañó a su hermano en el trayecto del Congreso a la Casa de Gobierno durante la asunción presidencial, hito que tradicionalmente estaba reservado para la esposa del mandatario.

Karina se encargó de contener anímicamente a Milei desde niños, durante la infancia y adolescencia del presidente que, según él, fueron épocas muy duras y en las que su hermana desempeñó un papel fundamental para apuntalar al actual jefe de Estado.

Pese a esto, ella se mantiene firme ante las presiones que pueden aparecer, y toma el control cuando su hermano se encuentra ocupado en otros asuntos. Es quien está tras los pasos de Milei, mirando de cerca cada actividad que realiza, y la única que puede decidir, después de él, si un funcionario se queda o se va del Gobierno. “Decisión de Karina”, se escuchó decir muchas veces en la sede del Poder Ejecutivo, ante determinados cambios o reemplazos que ocurrieron a lo largo de estos cinco meses que pasaron de mandato.

Tan importante es su función y su peso dentro del Gobierno que hasta en el “mapa del Estado”, donde aparece el nuevo organigrama, ella se ubica por debajo del presidente y encima de todos los ministros. Su hermano se reporta a ella, y ningún funcionario quiere enfrentarse a sus enojos.

La vicepresidenta Victoria Villarruel es una de las pocas funcionarias que no teme enfrentarse con Karina Milei

Marcar la cancha

Menos una. Villarruel, la vicepresidenta de la Nación, es una de las mujeres que ejerce un rol importante en el universo Milei y que no tiene miedo de “marcar la cancha”, como dijo Cecilia Pando, una examiga de la vice durante su lucha por “la memoria completa”. La abogada es fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), una asociación civil que lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos para las víctimas del terrorismo de los 70. Además, su nombre tomó relevancia antes de ganar las elecciones por haber visitado a militares presos, acusados de crímenes de lesa humanidad. Según explicó Pando, junto a Villarruel fueron a visitar a los militares en las cárceles. Evitó decir los nombres de las personas que visitaron, aduciendo que estaban enfocadas en las historias de los soldados que durante el Proceso eran jóvenes y que tuvieron, muchos de ellos, penas más largas que las de sus jefes.

Según el entorno que vivió el nacimiento de La Libertad Avanza y el crecimiento político de Milei, las rispideces entre Karina y Victoria existen desde hace tiempo. “Karina tiene mucho carácter, pero yo también. Y las dos queremos a Javier y queremos lo mejor para Javier, en distintos ámbitos de la vida”, lanzó Villarruel en diálogo con TN. Y agregó: “Somos parecidas en algunas cosas, y en otras no. En el medio está Javier, pobre jamoncito”.

Villarruel es una pata política de La Libertad Avanza, que aunque no esté encontrando su lugar en el círculo cerrado del presidente Milei, no deja de ejercer sus funciones. Dialoga con los distintos bloques opositores y toma sus propias decisiones, algo que muchas veces representa un dolor de cabeza para algunos colaboradores del jefe del Estado, incluso para Karina. Igualmente, más de un funcionario ha confirmado que la relación entre Milei y Villarruel “mejoró” o “es buena” aunque siga persistiendo la “frialdad” en la fórmula presidencial.

Ambiciones

“Tiene mucho carácter, ambición de poder, le gusta”, agregó Pando sobre la vice, reflejando una personalidad que saca chispas con la hermana del Presidente. Sin embargo, sobre el poder y el futuro político, la propia vicepresidenta confesó en televisión que tiene una relación “bastante sana” y que la supremacía no la nubla. Pero también admitió que “no descarta” ser presidente, aunque aseguró que no le “quita el sueño”. Al confirmar esto, la vice se sumó otra cruz roja más, pasando un límite tácito que todos los integrantes del Gobierno conocen: nadie puede competir con Milei.

Nada de esto supuso un obstáculo para Villarruel, que se mantiene en su postura. Sin embargo, por ahora dice que quiere que cuando termine su mandato la recuerden por su labor en el cargo que ocupa. “Es lo que más me gustaría que se diga de mí, que fui una flor de vicepresidente”, sostuvo.

Villarruel “patea el tablero”, pone límites y no tiene miedo de salir a desmentir las acusaciones que hasta los propios votantes de su partido le lanzan. Tampoco le tembló la voz para confirmar que ella no se iba a convertir en “Cristina Fernández de Kirchner”, tras el rechazo del DNU en el Senado. “Mi compromiso con la Argentina y con Javier Milei es inclaudicable”, advirtió ese día, demostrando que no daría ni un paso atrás en sus tareas en favor de la libertad.

Pettovello es la única funcionaria que puede llegar a Milei sin pasar por el filtro de Karina

A la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, la definen como “una máquina de encontrar curros”

Relación directa

Pettovello parece ser la antítesis de Villarruel. La otra “mujer del presidente” prefiere no enntrar en enfrentamientos y seguir siendo una de las protegidas de Milei. A cargo del ministerio que engloba la mayor cantidad de áreas, Pettovello es una persona “con las emociones a flor de piel”, que casi no tiene vínculo con la vice desobediente, pero que provoca un poco de dudas en la secretaria General de la Presidencia, que observa cómo la ministra es la única integrante del Gabinete que puede llegar a tener un encuentro con Milei sin pasar antes por su aprobación.

Para el presidente, y varios integrantes del Ejecutivo, Pettovello es “una máquina de encontrar curros”. Excolaboradores de su cartera dicen lo mismo, resaltando que Pettovello -quien al comenzar el mandato le advirtió a los piqueteros que “el que corta, no cobra”- es “implacable e impecable” en su labor.

Pettovello fue de las últimas en sumarse a las “Fuerzas del Cielo”, tras ser parte de la Unión del Centro Democrático (Ucede). Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Belgrano y licenciada en Ciencias de la Familia de la Universidad Austral. Según un exempleado del ministerio, Pettovello comparte con el presidente “una relación afectiva, de un aprecio muy grande entre ambos”, lo que genera tensión dentro del Gabinete, ya que también es líder de la cartera que tiene a disposición la “billetera abierta” del Estado.

Personas que tuvieron contacto con ella cuando ya había asumido como ministra confesaron que tiene internas con el ahora ex jefe de Gabinete Nicolás Posse y con Luis Caputo, el ministro de Economía. “Tiene pases forzosos, y otros no se la toman en serio”, explicaron, aunque desde el Ejecutivo desmienten cualquier tipo de roce dentro del Gabinete.

El legado

Sobre su paso en la cartera, un familiar y exempleado del ministerio subrayó que el sueño de Pettovello era “dejar un legado”. Al mismo tiempo, agregan que la ministra es “muy reservada” sobre cuestiones privadas y afectivas, por lo que no se sabe exactamente cómo llegó a conocer a Milei, a pesar de las distintas versiones que se viralizaron: tardes de estudio con el presidente, un supuesto amorío con el libertario y sesiones de reiki -un tipo de medicina alternativa japonesa, considerada como pseudoterapia que se encuentra dentro de las terapias de energía-.

En cambio, hay otros exfuncionarios del Ministerio que no tienen los mejores recuerdos de su corto paso por la órbita de Pettovello, que tiene “una relación simbiótica, que puede más que todo con Milei”. Desde esa visión, y a pesar de ser muy cuidadosa sobre sus vínculos, creen que tanto la hermana del mandatario como “la amiga” son personas que “contienen al presidente”. Es es el motivo por el que esas mismas voces están convencidos de que la ministra está firme en su puesto.

Con sus internas, con sus tensiones, las tres mujeres del presidente cumplen un rol central dentro del armado libertario. Sobre las diferencias entre ellas, hay algunos actores que confiesan que muchas veces los pases errados entre los funcionarios se dan luego de que el presidente de órdenes distintas sobre un mismo tema a cada uno, lo que desencadena al final del día una situación poco grata entre los integrantes del Gobierno.

Acompañan, ordenan, ponen los puntos, tratan de no dar marcha atrás. No se llevan bien entre sí. O, más concretamente, no se tienen confianza. Pero las tres mujeres representan los ideales de Milei de la manera más firme y fiel que la administración libertaria podría desear, y se unen para defender la causa cada vez que “la casta” busca atacar su gestión.