Moody's baja la nota crediticia de Chile por el "deterioro fiscal" y menor crecimiento

La calificadora considera que la economía trasandina atravesará un menor incremento de la actividad económica a mediano plazo. Además, identificó como otros motivos sus "dependencia de los commodities" y una economía "poco diversificada". Recomienda una política fiscal "agresiva".

La calificadora Moody's bajó la nota del perfil crediticio de Chile de AA3 a A1 debido a que prevé menores perspectivas de crecimiento a mediano plazo y a que percibió un "deterioro constante" de su posición fiscal "que improbablemente revierta".

"La baja de calificación refleja el deterioro gradual, pero amplio, del perfil crediticio de Chile. A pesar de claras evidencias de una mejora en la perspectiva económica y fiscal a corto plazo, Moody's no prevé que el gobierno soberano recupere la fortaleza crediticia que tuvo en años anteriores. Si bien es probable que las métricas de deuda se estabilicen, resulta improbable una reversión del deterioro de las métricas fiscales", apuntó el informe de la calificadora.

Pronostica que el crecimiento de mediano plazo de Chile será cerca de 3%, por debajo de la tasa anual de crecimiento de 3,7% prevista para 2018, y muy por debajo de las tasas de crecimiento reportadas con anterioridad al shock de commodities de 2014.

Según la calificadora, resulta "improbable" que la economía chilena registre tasas de crecimiento sostenidas en niveles similares durante los próximos años. Para Moody's, el crecimiento caerá y convergirá hacia la tasa de crecimiento potencial de Chile, que según las estimaciones será de aproximadamente 3%.

"Un alto crecimiento del PBI chileno en parte compensaba algunos factores que limitan el perfil crediticio en relación con el de otros países con calificación AA, tales como un menor PIB per cápita, una economía pequeña y una diversificación económica limitada", comentó.

Además, incluyó como razones los "bajos ingresos" de Chile con respecto a otros países con calificación crediticia AA, "su dependencia de los commodities" y las dificultades derivadas de las vulnerabilidades externas.

Michelle Bachelet, Sebastian Piñera
Piñera heredó un rojo fiscal de 2,8% del PBI. Moody's recomienda medidas fiscales "agresivas"

Aimismo, Moody's espera que la recuperación cíclica en el crecimiento del PBI, junto con medidas que ayuden a detener las tendencias adversas de las métricas fiscales y de deuda. Sin embargo, avisa que las políticas fiscales deben ser "muy agresivas" para que las cuentas públicas vuelvan a ubicarse a los niveles que tuvieron entre 2010 y 2014.

Y concluyó: "Una consolidación fiscal agresiva que demuestre ser efectiva para reducir los ratios de deuda del gobierno podría añadir presión positiva a la calificación de Chile."

Tiempo de correcciones

El déficit fiscal de Chile llegó al 2,8% del PBI en 2017, cifra levemente superior al 2,7% previsto por el gobierno. Es el mayor rojo desde 2009, cuando el fisco cerró con un saldo negativo de 4,3% del PIB.

Por ello, el presidente chileno Sebastián Piñera diseñó un programa de ajuste equivalente a u$s 7000 millones de cara a 2022, que contempla congelar las contrataciones en la administración pública, los gastos en viáticos y horas extra y los sueldos de asesores ministeriales.

Además, se plantea reducir en 10% el gasto en asesores a honorarios, se pondrá fin a las renovaciones "innecesarias" de vehículos y equipos, y habrá una regulación "estricta" de viajes de funcionarios públicos y municipales al extranjero. 

"La estrechez fiscal es conocida por los chilenos. Sabemos que aquí, en parte por el frenazo económico, en parte por la sobre expansión del gasto de 2014 y 2015, y en parte por la caída del cobre, tenemos una situación fiscal difícil. Déficit altos que se tradujeron en aumentos de la deuda pública, que hoy supera los u$s 60.000 millones", señaló el ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín, en sus primeros días en su cargo.

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