EL ACUERDO AÚN DEBE SER AVALADO POR EL PARLAMENTO BRIT NICO

Los socios de la UE dan el aval para que se ponga en marcha el Brexit

España fue la única disidente por un artículo referido a Gibraltar. Theresa May aún debe enfrentar la moción de censura que podría adelantar su salida del gobierno

Los veintisiete socios de la Unión Europea apoyaron el acuerdo que realizó el organismo con el Reino Unido para el Brexit, lo que presagia la aprobación del Congreso comunitario.

Lo que resta es el visto bueno del parlamento inglés, siempre y cuando que la primera ministra Theresa May logre sortear las mociones de censura que pesan en su contra y que podrían dejarla afuera del gobierno antes de concretar el proceso de salida de la UE.

"Comienza una semana dolorosa en la política europea, 45 años de matrimonio difícil con el Reino Unido están llegando a su fin", aseguró el ministro austríaco Gernot Blümel, cuyo país ejerce la presidencia pro témpore.

La única disidencia parcial proviene de España que no está de acuerdo en lo referente a las negociaciones por el peñon de Gibraltar.

España pidió modificar el artículo 184 del texto para plasmar claramente su posibilidad de vetar la futura relación que regirá entre la UE y este territorio británico, cuya soberanía reclama Madrid, al término de un período de transición previsto hasta finales de 2020.

"Las negociaciones futuras sobre Gibraltar son negociaciones aparte. Y eso es lo que tiene que quedar claro. Hasta que no quede claro pues no podremos dar nuestro acuerdo", dijo el ministro español de Exteriores, Josep Borrell.

El acuerdo del Brexit entra así en su recta final de negociación. Pese a lograr el sí de su gobierno al acuerdo de divorcio, May sigue enfrentando la presión del ala euroescéptica de su Partido Conservador en el parlamento británico que la amenaza con una moción de censura.

La solución alcanzada en el acuerdo de divorcio para evitar la reintroducción de una frontera para bienes entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda, y preservar a su vez el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998 fue el detonante final contra la premier británica y provocó la dimisión de cuatro de sus ministros.

El punto más controvertido es el llamado backstop, una solución de último recurso que prevé por una parte que Reino Unido se mantenga en una unión aduanera y por otra un mayor alineamiento reglamentario para Irlanda del Norte.

El acuerdo negociado con Bruselas, si no se modifica, convertirá a Reino Unido en un Estado vasallo de la UE, advirtió el ex canciller británico Boris Johnson, uno de los líderes del frente euroescéptico del Partido Conservador.

Los nubarrones se mantienen también sobre el parlamento británico por la oposición al acuerdo, en su redactado actual, del Partido Laborista, de los Liberales Demócratas y del pequeño Partido Unionista de Irlanda del Norte, aliado de los conservadores de May.

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