En medio del escándalo, Temer suspendió su agenda y hablará en público

En principio, el presidente de Brasil había pedido que todas las actividades tanto de gobierno como del Congreso se mantuvieran sin cambios, sin embargo superado por la crisis, dejó todo en suspenso. Según el medio O'Globo, Temer anticipó a su entorno íntimo: "No voy a renunciar".

Frente al escándalo que explotó anoche sobre las escuchas que involucran al presidente Michel Temer avalando sobornos sobre la operación de Lava Jato, el mandatario suspendió su agenda en el Palacio del Planalto. Ahora se espera, que a primera hora de la tarde, Temer hable en conferencia de prensa.

Si bien, en principio, Michel Temer había pedido que todas las actividades tanto de gobierno como en el Congreso se mantuvieran sin cambios. Esta mañana, se dio cuenta que era imposible no alterar las agendas.

Bien temprano a la mañana, tenía una reuniones con 20 congresistas y dirigentes políticos que había sido anunciada ayer, a las 23 horas, por la oficina de prensa del Palacio del Planalto.

Ahora Temer buscaba sobrevivir al tsunami político y avanzar con las medidas de austeridad con las que pretende sacar al país de la recesión. Pero las dos bases de apoyo del mandatario -los mercados y su mayoría en el Congreso- trastabillaban y encendían las alertas sobre el futuro inmediato del gigante latinoamericano.

La Bolsa de San Pablo suspendió sus operaciones poco después de  la apertura, ante un derrumbe de más de 10% del índice Ibovespa, y  el real se devaluaba a media mañana casi un 6% frente al dólar.

La Policía Federal (PF) realizó decenas de operaciones en  Brasilia, Rio de Janeiro y Belo Horizonte (sudeste). Varios  procedimientos tenían por blanco propiedades del senador Aécio  Neves, candidato derrotado en la presidencial de 2014 y aliado  clave del gobierno de centroderecha, también implicado en las denuncias.

Según el diario O'Globo, Temer instó en una reunión en marzo a  Joesley Batista, dueño del gigante mundial de la alimentación JBS,  a seguir pagando sobornos para mantener callado al expresidente de  la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, condenado en marzo a 15  años de cárcel por su implicación en el esquema de corrupción en  Petrobras.

La filtración surge de una grabación, hasta ahora sin difundir,  realizada por el propio Batista y entregada a los fiscales de la  Operación Lava Jato (lavadero de autos) para obtener una delación  premiada, con una futura reducción de penas.

Temer admitió que se reunió con Batista, pero aseguró que  "jamás solicitó pagos para obtener el silencio del exdiputado  Eduardo Cunha".

Partidos opositores y organizaciones sociales se movilizaron  desde ayer en San Pablo y otras grandes ciudades para  exigir la renuncia del mandatario.

El actual mandatario de Brasil, de 76 años, llegó al poder hace un año tras la caída de  la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, de quien era  vicepresidente.

Temer y Cunha fueron los grandes artífices del impeachment a Dilma Rouseff, motivado en acusaciones de manipulación de las cuentas públicas.

 

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