

Con un acuerdo entre los dos principales bloques, el Senado de Estados Unidos decidió imponer más sanciones financieras a Rusia y limitar la capacidad del presidente Donald Trump de levantarlas sin evaluación parlamentaria
El Congreso castigará a quienes efectúen "actividades cibernéticas maliciosas" en nombre de Moscú, a quienes suministren armas al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, o a personas vinculadas a los sectores de inteligencia y defensa de Rusia, entre otras.
También da al Congreso 30 días -o 60 días si es próximo al receso de agosto- para revisar y potencialmente bloquear a Trump en caso de que el mandatario decidiera levantar o relajar las sanciones contra Moscú.
El "Rusiagate" sigue su curso en la investigación que realiza el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense por la presunta injerencia rusa en las últimas elecciones. Ayer le llegó el turno para declarar al fiscal general Jeff Sessions, quien afirmó que "nunca" se reunió con ningún funcionario del Kremlin para influir en los comicios norteamericanos y consideró que afirmar algo así es una "mentira abominable y detestable".
Sessions dijo incluso que no tiene "conocimiento" de ningún tipo de conversación inapropiada entre funcionarios rusos y miembros del equipo de Trump, pese a que el ex jefe de campaña Paul Manafort y el ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn están en el foco de la investigación.
También dijo que se apartó en marzo de la pesquisa sobre Rusia porque había participado activamente en la campaña de Trump. Pero su decisión de inhibirse llegó cuando la prensa reveló que había mantenido dos encuentros durante la campaña con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, reuniones que no reveló ante el Senado durante su audiencia de confirmación en el cargo.
La semana pasada, el ex director del FBI James Comey despedido sorpresivamente por Trump hace un mes testificó ante el mismo comité y según trascendió en medios locales, sugirió que Sessions se apartó de la investigación rusa porque se reunió por tercera vez con el embajador ruso en Washington.
Por su parte, Sessions ayer también dijo desconocer si Trump grabó en "cintas" las conversaciones privadas que mantuvo en la Casa Blanca con Comey pero evaluó que si existen, "probablemente" la Casa Blanca tendría el deber de preservarlas y no podría destruirlas.


