Brasil: la inflación se desaceleró en enero, pero sigue arriba de la meta oficial

En el primer mes del año subió 0,25% y cerró en una tasa anualizada de 4,56%. El objetivo del Banco Central es 3,75%.

La inflación mensual en Brasil se desaceleró en enero debido a que una fuerte caída en los precios de la electricidad arrastró los costos de la vivienda, pero la tasa anual se mantuvo alta y significativamente por encima del objetivo del banco central para fin de año.

Según datos del el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), la tasa anualizada de enero fue de 4,56% -el tercer mes consecutivo en que estuvo por sobre el 4%- y se trata de la cifra más alta para cualquier enero desde 2017, dijo el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La meta de fin de año del banco central es del 3,75%, con un margen de error de 1,5 punto porcentual.

Aunque siete de las nueve categorías seguidas por el IBGE mostraron alzas de precios el mes pasado, la inflación mensual se frenó a 0,25% desde 1,35% en diciembre. La cifra fue menor que el 0,31% previsto, con una caída de 5,6% en la electricidad que llevó a una disminución general de 1,07% en los costos de vivienda. Esto suavizó el impacto de otro fuerte aumento en los precios de alimentos y bebidas, que subieron un 1% en el mes, dijo el IBGE. Otro importante motor del aumento de precios fueron el combustible y el gas.

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"La gran sorpresa fue la caída de los costos de la vivienda. Sin embargo, de cara al futuro, debemos estar atentos. Los precios de los alimentos siguen muy altos y los costos de transporte también están aumentando", le dijo a Reuters Jason Vieira, economista jefe de Infinity Asset Management en Sao Paulo.

Las presiones inflacionarias siguen siendo fuertes. Una encuesta semanal del banco central a economistas mostró el lunes que las perspectivas de inflación para 2021 subieron a 3,60%, el quinto aumento consecutivo y el más alto en casi un año.

Los datos de enero tuvieron repercusión en los mercados y el Ibovespa cayó 0,12%. En un evento virtual, el presidente del banco central, Roberto Campos Neto, le bajó el tono a la situación y dijo que los mercados financieros brasileños son muy sensibles a pequeños cambios en la inflación, aunque muchos de los factores detrás de la reciente aceleración son temporales y el panorama a largo plazo parece benigno.

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Campos Neto dijo que las preocupaciones fiscales están elevando al alza las primas de riesgo y la volatilidad del mercado cambiario. Un aumento continuado en las primas de riesgo podría tener implicaciones para la política del banco central, agregó.

Por otra parte, una desaceleración de la inflación como la de enero podría retrasar la suba de la Selic, por lo menos en el corto plazo.

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"Dado que la actividad aún es demasiado lenta en Brasil, una desaceleración de dicha magnitud permitiría al banco central mantener la tasa de interés clave en el nivel actual durante más tiempo", le dijo a Bloomberg Patricia Krause, economista de Coface, una compañía de seguros francesa.

Por su parte, el Banco Central de Brasil ha señalado que, si bien un aumento de la tasa puede no ser inminente, está listo para aumentar los costos de endeudamiento por primera vez desde 2015 a medida que suben las expectativas de inflación. 

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