Bielorrusia: la UE no reconoce las elecciones y crece el miedo por una nueva ola de represión

La UE dijo que enviará u$s 53 millones en asistencia al pueblo bielorruso y evalúa sanciones en un "número sustancial" de personas vinculadas al fraude electoral y a la represión de las protestas

Los líderes de la Unión Europea (UE) rechazaron el resultado oficial de las elecciones en Bielorrusia y advirtieron que están preparando una serie de sanciones sobre un "número sustancial" de individuos responsables por el fraude y la represión a las protestas que se desataron después de los comicios.

"No aceptamos la impunidad", declaró el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, tras la reunión de los líderes del bloque. "Las elecciones no fueron libres ni justas y no cumplieron con los estándares internacionales. No reconocemos los resultados presentados por las autoridades de Bielorrusia", agregó.

Así, los líderes europeos buscan apoyar al sector pro-democracia de los bielorrusos tratando de evitar, al mismo tiempo, una injerencia mayor de Rusia en el escenario. En este sentido, la canciller alemana Angela Merkel dijo: “Para nosotros es muy claro que Bielorrusia debe encontrar su propio camino (…) Eso debe lograrse a través del diálogo en el país.  No debe haber ninguna interferencia externa .

Por otra parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyden, anunció que la UE enviaría 53 millones de euros (u$s 63 millones) en asistencia la pueblo bielorruso: "Ahora es más importante que nunca estar al lado del pueblo de Bielorrusia, hay que reprogramar las ayudas económicas y alejarlas de las autoridades. Hay que destinarlas a la sociedad civil y a los grupos más vulnerables de la nación", dijo von der Leyden.

Mientras Lukashenko denuncia que Europa está fomentando los disturbios desde el extranjero, el vocero del Kremlin, Dimitry Peskov, dijo que existen "intentos de interferencia directa" en los asuntos internos de Bielorrusia. Ayer, el presidente Vladimir Putin se reunió con Michel, Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, para discutir la situación en el país. En la misma línea, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo más temprano: "Como buenos amigos y socios, no esperamos que la situación en Bielorrusia escale al caos y nos oponemos a que fuerzas externas provoquen división y trastornos en la sociedad bielorrusa".

Mientras tanto, las protestas (iniciadas el 11 de agosto pasado) cada vez son más grandes y esta semana se unieron los trabajadores de una fábrica estatal de Minsk. Hasta ahora, ya han muerto tres personas a causa de las violentas represiones. Las fuerzas de seguridad han detenido a unos 7000 manifestantes, además de herir a varios con balas de goma, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.

Pero Lukashenko no planea ceder: hoy, el presidente bielorruso le ordenó al Ministerio del Interior que impida cualquier tipo de disturbios, especialmente en la capital del país. "No debe haber más disturbios en Minsk. La gente está cansada, la gente demanda paz y calma", reportó la agencia oficial Belta. Específicamente, Lukashenko le ordenó al Comité Estatal de Fronteras "fortalecer la protección de las fronteras estatales a lo largo del perímetro para evitar que paramilitares, armas municiones y dinero extranjero entren en Bielorrusia para financiar los disturbios".

Lukashenko también le ordenó al Ministerio de Defensa "prestar una atención especial al desplazamiento de tropas de la OTAN a los territorios de Polonia y Lituania". Precisamente en Lituania se refugia la opositora Svetlana Tijanovskaya, la rival de Lukashenko en las últimas elecciones

En medio de la crisis, además, el líder bielorruso anunció hoy la formación de su nuevo gobierno, que tendrá a Roman Golovchenko como primer ministro.

El 9 de agosto pasado Lukashenko (que va lleva 26 años en el poder) y Tijanovskaya se enfrentaron en elecciones presidenciales, las cuales el oficialismo ganó por  el 80%. Tijanovskaya (que terminó en segundo lugar con apenas el 10%) huyó a Lituania cuando empezaron las protestas y desde ese momento le ha pedido a la UE que no reconociera los resultados electorales. Lukashenko se ha negado a repetir los comicios pero ha abierto la puerta a una reforma constitucional que contemple un reparto de sus poderes. 

 

 

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