La presidenta chilena, Michelle Bachelet, se comprometió ayer a reconstruir con todos los recursos que sean necesarios la ciudad de Valparaíso, asolada por un gran incendio aún activo que dejó hasta ahora 13 muertos, unas 2.500 viviendas destruidas y más de 8.000 damnificados, mientras que el gobierno argentino anunció que enviará, a pedido de las autoridades chilenas, aviones hidrantes y brigadistas de los cascos blancos para colaborar con la extinción del incendio, una tarea que según la Conaf, la agencia forestal chilena, podría tomar al menos 20 días dadas las condiciones climáticas del lugar, con inusuales altas temperaturas y fuertes vientos.

Unos 1.300 bomberos con apoyo de una veintena de helicópteros y aviones cisterna, continuaban anoche combatiendo el incendio que se desató el sábado en un sector forestal cercano a la ciudad y rápidamente se expandió hacia zonas pobladas de varios cerros vecinos. De momento se descarta que el fuego haya sido intencional.

Bachelet, que había encabezado el sábado un comité de emergencia en Valparaíso, situada a 120 kilómetros de la capital, aseguró ayer que se está llevando adelante un esfuerzo enorme por controlar este incendio y tener la ayuda necesaria en la región. Pero también por encontrar en otras regiones y fuera de Chile el apoyo en aviones que nos permitan controlar un incendio de dimensiones nunca vistas, agregó.

En ese sentido, la presidenta argentina, Cristina Fernández, confirmó el envío de seis aviones hidrantes y 37 brigadistas para ayudar a Chile, al tiempo que se solidarizó con el pueblo chileno por la gran tragedia que les toca atravesar. El anuncio de la ayuda la había hecho por la mañana en su rueda de prensa diaria el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien también confirmó la cancelación de la visita de Bachelet a la Argentina prevista para hoy, en el marco de su primer viaje oficial al exterior tras su asunción, el 11 de marzo pasado.

La mayoría de las familias damnificadas por el fuego es de muy escasos recursos y perdió lo poco que poseía, por lo que miles de voluntarios en todo el país, especialmente jóvenes, se han volcado a organizar campañas de ayuda humanitaria.