Biden en la Asamblea General de la ONU: "No buscamos una nueva guerra fría"

En formato mixto (virtual y presencial) arrancó uno de los eventos más importantes de la agenda diplomática, en el contexto de la preocupación por la pandemia y clima cada vez más crispado entre los países.

Con la pandemia y la crisis del cambio climático como ejes clave, y un tenso clima geopolítico, empezó la 76° Asamblea General de Naciones Unidas.

A diferencia del año pasado, que se celebró de forma remota, este año la asamblea tiene un esquema mixto de presencialidad -pese a que las autoridades de Nueva York temían que la cumbre podría volverse un evento 'superpropagador'- y virtualidad.

La pandemia es uno de los ejes centrales de la reunión. En línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el secretario general de la ONU, António Guterres, criticó la inequidad en el acceso a las vacunas por parte de los países, a la que tildó como una "obscenidad".

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"Esto es una acusación moral del estado de nuestro mundo. Es una obscenidad. Hemos aprobado el examen científico. Pero estamos desaprobando en ética", dijo Guterres.

De los 5700 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus que se han administrado en todo el mundo, sólo el 2% ha sido en África. Guterres está impulsando un plan global para vacunar al 70% del mundo para el primer semestre del próximo año.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, -que mañana será anfitrión de una cumbre virtual sobre Covid-19- anunciaría este miércoles una nueva donación de 500 millones de dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech para otros países, en un intento por desviar parte de las críticas a la campaña de refuerzo de los países más ricos, mientras gran parte del mundo sigue sin recibir vacunas.

"Las bombas y las balas no pueden defendernos del Covid-19 ni de sus futuras variantes. Para luchar contra esta pandemia, necesitamos un acto colectivo de ciencia y voluntad política. Necesitamos inocular a las personas lo más rápido posible y ampliar el acceso al oxígeno, tests y tratamientos para salvar vidas en todo el mundo", dijo Biden durante su primer discurso en la Asamblea General como presidente de los EE.UU.

El discurso de Biden también estuvo atravesado por la rivalidad con China, aunque no mencionó al país directamente. El estadounidense dijo que no quería una "nueva guerra fría o un mundo dividido" y prometió una "nueva era de diplomacia implacable".

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No obstante, el mandatario admitió que las prioridades del país habían girado hacia la región del Indo-Pacífico, a la que definió como de "vital importancia". Los dichos de Biden se producen en el contexto de una fuerte tensión con Francia, luego de que los Estados Unidos y el Reino Unido sellaran un acuerdo con Australia -conocido como AUKUS- para la provisión de submarinos nucleares, con el objetivo de contrarrestar el poder de China en la región.

Francia, que tenía un acuerdo previo con Australia, estuvo al margen de las negociaciones, lo que se consideró como una "puñalada en la espalda" por parte de los otros países. Se espera que Biden y el mandatario francés, Emmanuel Macron -que decidió no hablar en la ONU, ni siquiera en formato virtual-, tengan una conversación antes del fin de semana. Macron dijo que la conversación no será de reconciliación sino de "aclaración".

La Unión Europea, por su parte, se encolumnó detrás de uno de sus miembros con más peso: el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que había habido una "clara falta de transparencia y de lealtad" por parte de Washington.

Pese al conflicto con Francia y Europa, Biden trató de demostrar que su administración había dejado atrás el slogan trumpista de ‘América primero' y que el país había "vuelto a la mesa de los foros internacionales".

Por video, el líder chino Xi Jinping, dijo "el éxito de un país no debía significar el fracaso de otro" y que "el mundo es lo suficientemente grande para permitir el desarrollo y progreso común de todos los países".

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Xi, también destacó el rol del multilateralismo y de la cooperación en las relaciones internacionales. Además, dijo que la "democracia no es un derecho especial reservado para un país individual" y que los "hechos recientes (...) muestran una vez más que la intervención militar desde la llamada transformación democrática externa sólo conllevan daño", en una referencia implícita a la caótica retirada de EE.UU. de Afganistán, que Biden volvió a defender en su discurso.

También dijo que China nunca invadiría ni intimidaría a otros países, ni buscará hegemonía.

El líder chino también se refirió a la pandemia como una "lucha crucial para el futuro de la Humanidad". En este sentido, Xi volvió a remarcar la necesidad de que las vacunas sean un "bien público global" y de garantizar el acceso de los países en desarrollo. Agregó que China planea donar 100 millones de dosis de sus vacunas a otros países. Por otra parte, dijo que el país se opone firmemente a la politización de la pandemia.

El primer día de la Asamblea General contó con discursos de 34 líderes mundiales, incluyendo al Presidente Alberto Fernández; el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro -que abrió el debate general-; el mandatario colombiano Iván Duque; Sebastián Piñera de Chile; el nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo; el ecuatoriano Guillermo Lasso; y Carlos Alvarado Quesada, de Costa Rica

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