Un dirigente formado en la revolución a la hora del relevo

Por primera vez en casi seis décadas, Cuba tendrá un presidente que no se apellidará Castro ni llevará uniforme militar: Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Este disciplinado pupilo de Raúl Castro que forjó su carrera sin estridencias en el Partido Comunista (PCC) y que nació un año después del triunfo de la Revolución, encabezará el relevo generacional en el gobierno.

El hasta ahora número dos del régimen, que ejerció como primer vicepresidente de Cuba desde el 2013, cumplirá mañana 58 años.

El ingeniero electrónico que también se desempeñó como profesor universitario, fue criado en Santa Clara, al este de La Habana.

En 2003 hubo un paso sustancial en su trayectoria política: además de ser nombrado primer secretario del PCC en la provincia de Holguín, ingresó en el todopoderoso Buró Político del partido.

Ya estaba en la mira del general Raúl Castro que, entonces destacó su "alto sentido del trabajo colectivo y de exigencia con los subordinados" y su "sólida firmeza ideológica".

En 2009, Raúl Castro, que había heredado hacía tres años el poder de su hermano enfermo Fidel, le confió el Ministerio de Educación Superior.

Desde 2013, como número dos del gobierno, Díaz-Canel adquirió más visibilidad pública, abogó por una mayor apertura a internet, una prensa más crítica y un discurso fiel a la ortodoxia revolucionaria.

Discreto con su vida familiar, tiene dos hijos de su primer matrimonio y está casado con la académica Liz Cuesta.

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