Trump y Putin podrían reunirse en Buenos Aires para bajar la tensión

Un alto funcionario de la Casa Blanca aseguró que es probable que los líderes mantengan un encuentro en el marco del G20. El vínculo se volvió a tensar en los últimos días por la intención estadounidense de abandonar un tratado de armas nucleares.

El presidente estadounidense, Donald Trump, y su par ruso, Vladímir Putin, posiblemente se reúnan en Buenos Aires durante la Cumbre del G20 o en París con motivo de la conmemoración de los 100 años del fin de la Primera Guerra Mundial, adelantó hoy el Gobierno de Estados Unidos.

"Hay un par de posibilidades (para un nuevo encuentro bilateral), incluido el G20 en Buenos Aires o el desfile en París por el día del armisticio" de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), dijo un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, en una conversación con un pequeño grupo de medios, entre ellos Efe.

"Es más probable que sea en el G20. Y la invitación del presidente Trump para que Putin visite Washington sigue en pie", agregó la fuente.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, que se encuentra de visita en Moscú, reconoció hoy que habló sobre una posible nueva reunión bilateral durante un encuentro que mantuvo con el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev.

"Hemos tratado esa posibilidad. Considero que ahora el próximo paso debe darlo el presidente Putin. Es posible que en breve tengamos algo que contarles", afirmó Bolton a la emisora de radio Eco de Moscú.

FILE PHOTO: U.S. President Donald Trump and Russian President Vladimir Putin hold a joint news conference after their meeting in Helsinki, July 16, 2018. REUTERS/Grigory Dukor/File Photo

Al respecto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que Moscú está dispuesto a participar en una cumbre al máximo nivel, pero que los preparativos para ello aún no han comenzado.

El posible encuentro en Buenos Aires o París no supondría técnicamente una nueva cumbre bilateral como la que Trump y Putin mantuvieron en julio pasado en Helsinki, dado que ese tipo de encuentros son más largos y complejos de organizar.

Trump quiere que su segunda cumbre con Putin se produzca en Washington y, con este fin, ha invitado al presidente ruso a que visite la capital estadounidense el año que viene, además de ofrecerse a visitar Moscú después de esa cita.

Trump-Putin, una relación en constante tensión

En su encuentro con Putin en Helsinki, Trump desató la polémica al desautorizar los informes de sus agencias de espionaje sobre la interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016.

Pero después de recibir un aluvión de críticas en EE.UU., Trump dio marcha atrás al asegurar que se había expresado mal y que sí creía que Rusia había interferido, como han indicado los servicios de inteligencia estadounidenses.

Hoy, el consejero de la Casa Blanca para la Seguridad Nacional, John Bolton, se reunió en Moscú con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, que espera “aclaraciones pocos días después de que Washington anunciara su intención de retirarse de un tratado sobre armas nucleares de mediano alcance de la época de la Guerra Fría.

Esta visita, prevista desde antes que Trump anunciara su decisión el sábado de retirar a su país del tratado de armas nucleares de alcance medio INF (Intermediate Nuclear Forces Treaty) rubricado con Rusia durante la Guerra Fría, ya era importante per se, al tratarse de la primera visita de un alto funcionario estadounidense a Moscú en varios meses.

El tratado INF fue firmado en 1987 por el último dirigente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y el presidente estadounidense de entonces, Ronald Reagan.

El gobierno de Trump se queja del despliegue por parte de Moscú del sistema de misiles 9M729, cuyo alcance, según Estados Unidos, supera los 500 km, violando así el texto del INF.

El tratado INF, que suprime el uso de toda una serie de misiles de entre 500 y 5000 km de alcance, había puesto término a la crisis desatada en los años 1980 por el despliegue de los SS-20 soviéticos con ojivas nucleares en Europa oriental, y misiles estadounidenses Pershing en Europa occidental.

Algunos observadores apuntan a que la medida estadounidense podría estar motivada por una presunta amenaza china. Beijing no forma parte del acuerdo INF, por lo que puede desarrollar sin trabas armas nucleares de alcance intermedio.

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