Rousseff advirtió al Senado que Brasil está "a un paso de un golpe de Estado"

La presidenta suspendida aseguró que no cometió ningún crimen y dijo que está siendo juzgada injustamente. Los legisladores votarán su destitución entre el martes y el miércoles. 

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, presentó hoy sus alegatos finales en el juicio político que le puede costar el cargo y afirmó que el Senado "está a un paso de concretar un verdadero golpe de Estado".

En su primera comparecencia del proceso ante los 81 senadores, constituidos en tribunal, Rousseff dijo que siente "el gusto amargo y áspero de la injusticia" y avisó que no debían esperar de ella lo que calificó de "obsequioso silencio frente a los cobardes que pretenden atentar con el Estado de Derecho". 

 

"Estamos a un paso de la consumación de una grave ruptura institucional, de concretar un verdadero golpe de Estado", denunció la mandataria ante los 81 senadores que llevan adelante el proceso. "Vengo a mirar directamente a los ojos de sus excelencias y a decir con la serenidad de quien nada tiene de qué responder que no cometí crímenes de responsabilidad", aseguró. 

"Soy acusada injusta y arbitrariamente", insistió Rousseff al reiterar que las acusaciones de maniobras fiscales en las que se basa el juicio político en su contra son "pretextos para derribar a un Gobierno legítimo" y "viabilizar un golpe" amparándose en la Constitución. 

Si es destituida, el presidente interino Michel Temer continuaría oficialmente como líder de Brasil durante el resto del período que se extiende hasta el 2018.

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