Obama llamó a su consejo de seguridad por Turquía y Rusia teme inestabilidad regional

El presidente de los EE.UU. analiza en la Casa Blanca la situación con los expertos en política internacional. Moscú dejó expuesta la tensión con el gobierno de Erdogan.

El presidente estadounidense, Barack Obama, convocó hoy una reunión de su equipo de seguridad nacional y de política exterior para analizar la situación tras el golpe de estado fallido en Turquía.

El presidente estadounidense se comunicó ayer con el secretario de Estado, John Kerry, que está en Europa, y acordaron que "las partes deben apoyar el gobierno elegido democráticamente de Turquía y evitar la violencia y el baño de sangre".

El primer ministro turco, el islamista Benali Yildirim, afirmó hoy que el Gobierno ha recuperado el control del país después del fallido intento de golpe militar que se inició anoche y que se ha saldado con al menos 161 muertos y 2.839 militares detenidos.

Turquía es una aliado de la OTAN y un socio vital en la lucha estadounidense contra el Estado Islámico (EI) en Siria e Irak, aunque la Casa Blanca ha expresado en ocasiones su preocupación por el sesgo autoritario del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan.

El ejecutivo de Erdogan también ha mostrado su descontento con Washington por la colaboración estadounidense con facciones kurdas en Siria con vínculos con el Partido de los Trabajadores Kurdo (PKK), considerado terrorista por Ankara.

Kerry habló anoche con el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, para "enfatizar el apoyo al gobierno turco electo, el gobierno civil y las instituciones democráticas", según expresó en Twitter.

Turquía, por su lado,  criticó hoy abiertamente a Estados Unidos por “albergar al controvertido predicador Fetullah Gülen, al que considera responsable del intento golpista de anoche.

Un país que acoge al "líder del Estado paralelo" no puede ser un amigo de Turquía, señaló el primer ministro turco, Binali Yildirim, en rueda de prensa .

Se refería Gülen, de 75 años de edad, quien vive desde 1999 en el estado norteamericano de Pennsylavnia, acusado por el gobierno islamistas de "terrorista" y de querer desestabilizar al Estado turco.

El predicador, que tiene muchos seguidores en Turquía, fue hasta el año 2013 un aliado del gobernante partido de Desarrollo y Justicia (AKP) y del ahora presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Preocupación en Moscú

El Ministerio del Exterior ruso dijo en un comunicado que la agitación en Turquía amenaza la estabilidad regional y pidió a las autoridades turcas que resuelvan la situación sin violencia y dentro del marco constitucional del país.

Las relaciones entre el Kremlin y Erdogan se mantiene tensas por la crisis en Siria y el derribo por parte de Turquía de un avión de combate ruso en noviembre, pese a un acuerdo el mes pasado para restablecer la cooperación bilateral tras un periodo de tensión.

"En Moscú estamos profundamente preocupados por los eventos en Turquía", dijo el ministerio.

"La escalada de la situación política (en Turquía) en un contexto de amenazas terroristas en este país y un conflicto armado en la región suponen un elevado riesgo a la estabilidad internacional y regional", agregó.

Autoridades rusas han acusado en el pasado a Erdogan de ignorar el contrabando de petróleo de Siria a Turquía por parte del grupo militante Estado Islámico y de dirigir lo que han denominado una problemática islamización de la sociedad turca.

Fuente: Agencias

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