BUSCA DEFINIR SU LEGADO PARA 2016 Y EVITAR LA VULNERABILIDAD POL TICA

Obama enfrenta comicios legislativos que marcarán sus últimos dos años en el poder

Para muchos analistas el principal problema de Obama no son los republicanos sino el propio Obama, que prefiere más la reflexión que la toma diaria de decisiones

Además de una eventual derrota electoral, Barack Obama enfrentará a partir de mañana a la noche -cuando se empiecen a conocer los resultados de la elección legislativa o de medio término- un doble desafío: conseguir que lo afecte lo menos posible el síndrome del pato rengo (la vulnerabilidad política de un presidente que termina su mandato y está impedido de pelear su reelección) y -lo que seguramente será más importante para él- definir cuál ser el legado con el que la historia próxima juzgará a este presidente de los Estados Unidos.

Obama obtuvo un triunfo histórico en 2008 al ser electo como primer presidente afroamericano, un hecho destacable para un país en el que aún hoy persisten tensiones por la discriminación racial. Pero a la vez el jefe de la Casa Blanca sufre el desencanto de buena parte de sectores que años atrás conformaron su principal base de apoyo: afroamericanos y latinos. Hoy Obama encara los dos últimos años de mandato con una popularidad en torno al 39%.

Curiosa paradoja para un presidente que asumió en medio de una de las crisis financieras y económicas más profundas de este país: en su sexto año de mandato, la economía registra el mejor semestre de crecimiento económico desde 2003, con una suba del PIB de 3,5% en el tercer trimestre de este año, y con un desempleo que cae al 5,9%.

Sin embargo, los efectos de esos buenos datos a nivel macro no parecen hacerse sentir aún en la microeconomía como para pesar en esta campaña electoral, según coinciden varios analistas, especialmente entre los sectores que conforman la base fundamental del voto demócrata. Lo cuales además -igual que el resto- en una elección legislativa se sienten menos proclives a votar a favor a quienes se encuentran en el Poder Ejecutivo.

Anudar esa oferta de mejor seguridad social y perspectiva económica será seguramente una apuesta de la Casa Blanca para lo que resta de mandato de Obama, con el objetivo de "redondear" el perfil de Obama 2016, confían fuentes del partido demócrata a El Cronista.
Pero el principal problema de Obama, para muchos analistas de peso en Washington, no son los republicanos, sino el propio Obama. Para decirlo en palabras claras, su "management político".

En caso que esta semana el Partido Republicano consiga el control del Congreso, si gana las seis bancas necesarias para tener mayoría en el Senado, la capacidad del Presidente para negociar con la oposición será clave no sólo para evitar la parálisis del gobierno, sino incluso para conservar algunos de los logros obtenidos, como el "Obamacare".

"A Obama no le gusta mojarse", grafica un destacado observador político, lo cual traducido quiere decir que al Presidente no le gusta meterse en el barro de las negociaciones políticas, y para algunos, hasta prefiere más la reflexión que la toma diaria de decisiones.

La última negociación que hubo entre demócratas y republicanos en el Congreso se dio por el Obamacare, y en ese caso el Presidente delegó las conversaciones en los referentes partidarios de la Cámara, lo cual cambió las claves de las determinaciones.

Es claro que Obama deberá poder cambiar esa dinámica para 2015, sobre todo si finalmente pierde el Congreso, algo que de todos modos aún está por verse.

Los temas claves que vienen

Los siguientes son algunos de los principales frentes con los que deberá lidiar la Casa Blanca en su camino a la elección presidencial de 2016, según la percepción en Washington:

1.Evitar la parálisis: Obama podría apelar al uso de "executive orders" o "decretos-ley", por ejemplo para nombrar vacantes en la Corte Suprema de Justicia. Pero sería un duro golpe para su administración si alguno de esos "decretos de necesidad y urgencia" si la Justicia o el Congreso cuestionan institucionalmente el uso de esa herramienta.

2. Inmigración: Obama optó este año postergar para después de estas elecciones la posibilidad de tomar cartas en el asunto para una nueva ley, ante el freno del Congreso. El tema es central para la campaña presidencial de 2016 y el voto latino.

3.El frente internacional: El presidente seguramente no logrará evitar la sensación de "guerra infinita" que representa el conflicto en Medio Oriente y la amenaza del Ejército Islámico. Pero se desafío sigue siendo poder mostrarse al comando de la iniciativa, frente a una política exterior que se ha mostrado zigzagueante.

4. El Obamacare: además de probar que el nuevo sistema de cobertura de salud funciona bien, el presidente deberá lidiar con al posible intención de los republicanos de "desarmar" algunos de sus aspectos.

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