México reclama que terminen los asesinatos a periodistas

Tras el asesinato del periodista Javier Valdez a manos de sicarios de narcotraficantes, crece en México un ambiente de indignación general.

Valdez, de 50 años, fue acribillado Culiacán, la capital del estado de Sinaloa cerca de las oficinas del semanario Ríodoce. A lo largo de su carrera se convirtió en uno de los mejores cronistas en temas de narcotráfico y crimen organizado, sobre los que publicó varios libros y que le valieron premios internacionales.

Su muerte reabrió una herida en México: desde el año 2000 ya fueron asesinados más de 100 periodistas y 11 en 2016, una cifra récord. En 2017 ya suman cinco.

"Matar sin piedad, con impunidad ¿hasta cuándo?", se preguntó Ríodoce. "Impunidad asesina", tituló La Jornada en su editorial.

El gremio de periodistas se movilizó con manifestaciones y la iniciativa de #UnDíaSinPeriodismo, a la que algunos medios se plegaron.

En el Ángel de la Independencia, emblemático monumento de la capital mexicana, pintaron las palabras "Nos están matando" y denunciaron que "la situación de vulnerabilidad de la prensa es insostenible".

En Sinaloa, algunos diarios no publicaron su edición del martes y otros dejaron de actualizar su versión digital. Además, están previstas varias marchas en repudio del homicidio.

El asesinato de Valdez redobló la presión sobre el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto para encontrar y juzgar a los responsables de las muertes de reporteros.

El mandatario aseguró haber ordenado "la investigación de este indignante crimen", pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión reprochan que más del 90% de estos homicidios permanecen impunes.

El director para América Latina de Reporteros Sin Fronteras, Emmanuel Colombié, afirmó que "esta oleada de violencia pone en evidencia el estado de emergencia en que se encuentran los periodistas mexicanos".

 

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