SE LO ACUSA DEL COBRO DE COIMAS DE PARTE DE LA CONSTRUCTORA OAS

Lula desligó responsabilidades y acusó al juez de montar una farsa

El ex mandatario brasileño respondió preguntas por casi cinco horas por el caso Lava Jato. Si es condenado, no podrá presentarse a elecciones

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva declaró en tribunales ante el juez a cargo del Caso Lava Jato, Sergio Moro, en lo fue el primer encuentro entre ambas personalidades.

El interrogatorio, que fue tomado por el propio magistrado, duró más de cuatro horas y trató sobre el caso de un supuesto pago de coima que habría recibido el ex mandatario en el marco de la investigación que realiza sobre la empresa estatal Petrobras.

Moro busca determinar si Lula es propietario del departamento triplex en el balneario de Guarujá en San Pablo, que habría recibido de parte de la constructora OAS a cambio de "ventajas indebidas". Según estiman el monto del "retorno" sería por 3,7 millones de reales.

La sentencia debería conocerse en un plazo de 45 a 60 días, aunque algunos analistas apuntan que podría ser en apenas un mes.

Moro interrogó a Lula sobre una nominación de Paulo Roberto Costa -el primer delator del Lava Jato- para una dirección de Petrobras con el apoyo del Partido Progresista. "Un presidente de la República no chequea todos los cargos de gobierno, ni es posible. Si un presidente de la República tiene confianza, cuando él compone un ministerio, lo compone con personas en las que él confía, él delega"

Lula dijo que el contacto con la base era constante. "Yo hacía reuniones sistemáticas con los líderes del partido. Si la presidente Dilma me hubiese seguido, no habría tenido impeachment". Y remarcó que "el juicio es una farsa"

Una multitud de partidarios del actual precandidato a la presidencia por el Partido de los Trabajadores esperó al líder del espacio en las afueras de los tribunales, donde pronunció un discurso en el que agradeció a sus partidarios y aprovechó para decir "quiero vivir para ver el juicio de la historia" y volvió a exponer sus argumentos que sostienen que la persecución judicial es sólo una causa política y que tiene como objetivo impedir su candidatura presidencial.

El expediente del "departamento de Guarujá" es uno de los cinco procesos que hasta el momento pesan contra Lula por corrupción pasiva, lavado de dinero, tráfico de influencias y obstrucción a la justicia.

De acuerdo con las leyes brasileñas, Lula no podría postularse a las elecciones de octubre de 2018 si una eventual condena es ratificada en segunda instancia. Aunque ese proceso suele demorar un año.

Por su parte, el presidente Michel Temer, que es acusado de "golpista" por el PT, llamó a superar la polarización del país. "Necesitamos tener más tranquilidad. No podemos permanecer en nuestra posición de permanente enfrentamiento entre brasileños", declaró, aunque sin referirse expresamente al proceso de su predecesor.

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