LOS ULTIMOS SONDEOS PREVÉN UNA SEGUNDA VUELTA ELECTORAL AUNQUE DIFIEREN SOBRE EL CONTRINCANTE

Los brasileños definen en las urnas si le dan a Dilma la reelección

Tras ocho años en el poder Rousseff llega a las elecciones del domingo signada por el excesivo gasto fiscal y denuncias de corrupción. Pero sigue primera en los sondeos

Con gran suspenso en la parte final de la campaña electoral, los brasileños comienzan a prepararse para emitir su voto el próximo domingo en elecciones generales en las cuales además de la presidencia, se renovarán el Congreso y gobernaciones. Aunque los últimos sondeos le dan el triunfo a la presidenta Dilma Rousseff, que aspira a la reelección, ésta no alcanzaría la cantidad de votos que precisa para ganar en primera vuelta.
Sin embargo, la mandataria lanzó ayer su última ofensiva para convencer a los electores de que es mejor la continuidad con ella al frente del Planalto. Y dando una clara señal de que escucha los reclamos de cambio prometió "un gobierno nuevo de ideas nuevas", mientras que fuentes oficiales dejaron trascender que está dispuesta a nombrar a un empresario como nuevo ministro de Hacienda, algo que también ayudaría a la imagen de un segundo mandato con menos sesgo intervencionista. El excesivo gasto público que ha hecho estragos en las arcas del Estado es una de las principales críticas a su gestión.
"Vamos a mejorar la vida de los brasileños, elevar la calidad en la educación, proporcionar una seguridad integrada y más especialistas para brindar una cobertura completa en la salud", prometió. "Tenemos como ninguna otra nación un futuro promisorio con la explotación petrolera del pre-sal. Vamos a quintuplicar la producción en esa área y asegurar las inversiones en educación y salud", agregó, al tiempo que criticó a sus rivales por prometer cambios sin precisar lo que van a transformar. "Auguran una continuación de los programas Bolsa de Familia, Mi casa, Mi vida o Más médicos, pero abogan por reducir el aparato estatal y la capacidad de los bancos públicos", lanzó. A contrarreloj, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva también lanzó un último llamado a votar por Rousseff para asegurar el futuro de Brasil y ampliar las bases de un desarrollo económico con inclusión social.
Pero si los sondeos no fallan y Dilma va a segunda vuelta, lo que todavía está por definirse es quién será su contrincante en el ballotage del 26 de octubre.
La ecologista Marina da Silva, favorita de los mercados, y el socialdemócrata Aécio Neves pelean cabeza a cabeza el segundo puesto. Ambos utilizaron ayer los últimos espacios de televisión gratuita para atacar a Rousseff en otro de sus puntos más débiles: la corrupción.
"Miente quien dice que no sabía que había robos en Petrobras", declaró Silva, en una crítica que también resaltó Neves.
Los últimos sondeos de intención de voto divulgados ayer, de Datafolha e Ibope, coinciden en que Dilma obtendrá el domingo el 40% de los votos, seguido por Silva (24%-25%) y Neves en tercer lugar (19%-21%), lo que muestra al candidato socialdemócrata recuperando terreno en los últimos días.
En las simulaciones de Datafolha para el ballotage, Dilma vencería a ambos con el mismo resultado: 48% a 41%. Ibope difiere un poco. Pronostica que, en ese caso, Dilma vencería a Marina por 43% a 36% y a Aécio por 46% a 33% de los votos.
Como sea, el resultado de las elecciones en Brasil, séptima economía del mundo, es de una
importancia fundamental para la Argentina.
El probable triunfo de Rousseff es el más esperado por el gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner, tanto por la afinidad ideológica que existe entre los dos gobiernos como por la garantía de que, con el PT nuevamente en el poder, habrá garantía de una continuidad de la ola progresista y estatista que se vio en la última década en muchos países de la región.
Más allá de los roces con el gobierno argentino por las trabas a las importaciones, Dilma es clara respecto a que suprioridad en política exterior seguirá siendo América latina, buscando fortalecer el Mercosur, la Unasur y la Celac.
Tanto Marina como Aécio, en cambio, se han manifestado a favor de que haya un proceso de flexibilización en el Mercosur, de manera tal que Brasil (o cualquier otro estado miembro) pueda avanzar en acuerdos bilaterales con terceros países para aumentar las exportaciones. Neves incluso fue ayer más allá, al afirmar que el Mercosur (formado por Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela) debería ser una zona de libre de comercio, en vez de la actual unión aduanera.

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