Lava Jato, la carta de ascenso que puede aprovechar Bolsonaro

El escándalo del esquema de corrupción que involucra a empresarios, contratistas y partidos políticos hizo mudar el tablero político del país hermano. Su relación con la causa de los “cuadernos . 

Las elecciones transcurren en medio de las esquirlas que la Operación Lava Jato viene dejando desde su inicio, en marzo de 2014. Lava Jato, que nació para investigar y desarticular un supuesto esquema de desvío de recursos públicos y lavado de dinero, reveló la existencia de una red de corrupción ligada a Petrobrás, que involucra a empresarios, contratistas, partidos políticos y funcionarios.

"No es la primera elección presidencial que transcurre en el marco del Lava Jato. En 2014, la investigación tenía poco camino andado y la población no tenía dimensión de la escala", dice Mauricio Santoro, analista político y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.

Poco después, y con muchos de los miembros del entonces oficialista PT y sus aliados mencionados en la causa, comenzó la la crisis política que terminó con la salida de la expresidenta Dilma Rousseff. Su expulsión no tuvo que ver con el Lava Jato sino con denuncias de supuestos delitos de “pedaleo fiscal. La situación de ingobernabilidad, recesión y crisis reinante dentro y fuera de su partido aceleraron la salida. La Justicia determinó que era inocente pero era tarde; su vicepresidente, Michel Temer, ya estaba ocupando el sillón presidencial.

Quienes sí tuvieron que ver con el Lava Jato fueron los miembros del Congreso que juzgaron a Rousseff. Eduardo Cunha, el exdiputado que comandó el impeachment, fue condenado hasta con penas de 24 años y más (tiene causas abiertas) por desvío de fondos y lavado de dinero.

Para Santoro, "el principal impacto de la Lava Jato en las elecciones es el descrédito con el sistema político brasileño. Todos los partidos tradicionales están involucrados en escándalos de corrupción. Incluso Lula, por más de que siga siendo popular .

Consciente de que está siendo entrevistado por un diario argentino, Santoro expone: “Lo vemos en Brasil se parece al clima de la Argentina en 2001, el ‘que se vayan todos’. El principal beneficiado es Jair Bolsonaro. Por primera vez, tenemos a un candidato de extrema derecha fuerte y electoralmente competitivo. Viene de un partido pequeño que casi no tiene legisladores en el Congreso, ni tiene espacio en horario de propaganda .
El gran problema del Lava Jato, no es la causa en sí. Santoro acota que hay quienes “lo tomaron como si fuese una gran conspiración contra la izquierda. Eso es preocupante porque hace que el índice de rechazo por parte de la población  sea fuerte, en especial en la clase medias .

Uno de los factores que trajo aparejado el Lava Jato, dirigido principalmente desde Curitiba por el juez Sergio Moro, es que, además de políticos, cayeron presos muchos de los grandes empresarios del país. La causa atraviesa partidos políticos de todas las banderas, países y hasta continentes. Por solo nombrar uno, en Perú, la operación Lava Jato, ligada principalmente al esquema de sobornos propinados por la empresa Oderbrecht, confluyó en la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski. Sin embargo, en el escándalo de coimas están envueltos todos los últimos presidentes del país andino: Alan García, Ollanta Humala, Alejandro Toledo y el clan Fujimori.

Todo intento de comparación entre la realidad brasileña y la argentina puede llegar a ser forzado. Pero, lo que el país hermano comenzó a vivir hace poco más de 4 años, comienza a verse por estas geografías con el estallido del “cuadernos gate . Aún es prematuro para esbozar un análisis de las consecuencias que esta causa tendrá en la Argentina de cara a las elecciones  de 2019. Por su parte, en la tierra del carnaval, las consecuencias están a la vista. Aunque con un final abierto.  

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