Escándalo: EE.UU. fue a la Conferencia del Cambio Climático y defendió el carbón

Fue en la cumbre anual sobre ese tema que realiza la ONU. La mayor parte de los cerca de 200 presentes en la sala se puso de pie y, cantando, se retiró. Qué dijo el representante norteamericano que molestó tanto.

Una vez más, Estados Unidos reiteró su apoyo a las energías fósiles en un escenario hostil al calentamiento del planeta. Fue en la 24 Conferencia anual sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP24), que se realiza hasta el viernes en la ciudad polaca de Katowice.

En esta conferencia, Estados Unidos fue anfitrión de un evento en defensa del carbón, el combustible fósil que más gases de efecto invernadero (GEI) emite al ser quemado y que, por ende, más contribuye al cambio climático

El presidente de EE.UU., Donald Trump

“Creemos firmemente que ningún país debe sacrificar la prosperidad económica o la seguridad energética en pos de la sostenibilidad ambiental , fueron las palabras con las que Wells Griffith, uno de los panelistas del evento y asesor en Energía de la administración Trump, se hizo eco.

Las reacciones no se hicieron esperar. La mayor parte de unos 200 presentes en la sala se puso de pie. “¡Estas falsas soluciones son un chiste! , gritó uno de ellos, tras lo cual, al canto de “justicia climática y “keep it in the ground (mantengan los combustibles fósiles en la tierra), abandonaron el recinto

La relación entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el cambio climático ha sido, desde el inicio, problemática.

Siempre cambiante, el magnate hotelero insistía en que el fenómeno no era más que un invento chino, cuyo único objetivo era hacer la manufactura de su país “menos competitiva , e inició, a poco de asumir la presidencia de EE.UU., el proceso necesario para salir del Acuerdo de París, que había sido adoptado por su predecesor Barack Obama y otros 195 países en 2015.

La realidad, sin embargo, lo forzó a volver sobre sus palabras. “Creo que algo está pasando. Algo está cambiando y volverá a cambiar. No creo que sea un engaño, creo que probablemente haya una diferencia , dijo al programa 60 Minutes, del canal CBS. Y allí mismo Trump dejó entrever cuál es, desde su perspectiva, el verdadero quid de la cuestión. 

“Diré esto: no quiero dar billones y billones de dólares. No quiero perder millones y millones de empleos. No quiero que me pongan en desventaja , subrayó, en una construcción del argumento al que ahora continúan aportando los representantes de su gobierno.

Hace apenas una semana, el Gobierno de los Estados Unidos anunció que daría marcha atrás con algunas de las normas impuestas por Obama para la construcción de nuevas plantas de carbón, lo que facilitaría la puesta en marcha de estos proyectos aún cuando el consumo de este recurso en EE.UU. está en su punto más bajo desde 1979 (la caída respecto de 2017 sería de 4%, principalmente impulsada por la disminución de su uso en el sector de la energía eléctrica). 

Más allá de la narrativa pro-carbón de Trump y su insistencia en la creación de empleos a través de ella, los cierres de plantas se han duplicado en el segundo año de su mandato

Bloomberg Vapor de torres de enfriamiento en una planta acerera en la ciudad polaca de Katowice, donde se realiza la COP24

Por otra parte, según los expertos, la vida útil de estas plantas no se extendería con la nueva tecnología de captura de carbono, que es una de las apuestas del Gobierno en esta materia.

El mundo está virando hacia otras tecnologías, y no sólo por razones climáticas. El carbón está perdiendo rentabilidad, por lo que más y más inversores y empresas están comenzando a redireccionar sus flujos de dinero hacia, por ejemplo, las energías renovables -que continúan bajando sus costos-. 

En este sentido, de acuerdo a un análisis de Carbon Tracker, para 2030 las energías renovables serán más baratas que la explotación del 96% de las centrales de carbón existentes en el planeta.

En todo el mundo, la inversión en el sector del carbón disminuyó en un tercio el año pasado. Esto se debe a que, en muchos países, las fuentes renovables son ahora una forma más barata, más limpia y más flexible de proporcionar energía a los ciudadanos que el carbón. Además, 36 gobiernos han decidido eliminar gradualmente el carbón térmico para 2030 , apuntó al respecto Oliver Sartor, investigador principal de Clima y Energía en el Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI, por sus siglas en francés). 

El consumo global de carbón se ha estancado desde 2013 y pronto estará en declive a medida que la inversión se agote y los activos viejos se desconecten , completó.

En línea con esta tendencia, recientemente la agencia Moody’s instó a las empresas estadounidenses de servicios públicos de carbón a empezar a evaluar sus riesgos financieros futuros sobre la base del Acuerdo de París

El Banco Mundial, por su parte, retiró la financiación que había comprometido para una planta de carbón en Kosovo, que habría sido su última inversión en este combustible fósil. 

Y España anunció planes para cerrar la mayoría de sus minas de carbón a fines de 2018 y para transformar su sistema eléctrico a fuentes 100% renovables hacia mediados de siglo.

A ello se suma una lista, en expansión, de players financieros importantes que han descarbonizado sus inversiones, entre ellos: Standard Chartered, HSBC, Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland y Lloyds Banking Group.

Así, y tal como ya sucedió durante la Cumbre de Líderes del G20 que se realizó días atrás en la Argentina -en cuyo comunicado final, Trump se apartó del resto por su insistencia en retirarse del Acuerdo de París-, la posición que EE.UU. adoptó en la Cumbre del Clima lo aleja del resto de los más de 190 países allí representados que buscan combatir el cambio climático e impedir lo peor de sus consecuencias, al frenar el aumento de la temperatura media global en 1,5°C hacia fin de siglo respecto de los niveles preindustriales.

Una particularidad de esta cumbre COP24 es que se hace en la ciudad de Katowice, que es la capital de Silesia, el corazón de la industria carbonífera en Polonia.

Este país registra los peores índices de calidad del aire de Europa (de las 50 ciudades más contaminadas en este aspecto, 33 están en Polonia), principalmente debido a su extendido uso del carbón ya que el 80% de su matriz energética proviene de este combustible fósil. 

 

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