El tratamiento de u$s 63.000 semanales que revivió a Schumacher

A cinco años del accidente que lo dejó en coma y causó lesiones cerebrales graves, el máximo campeón de la Fórmula 1 ya no está postrado ni entubado y vive en su mansión suiza.

Hace cinco años el accidente menos pensado acababa con la vida deportiva del máximo campeón de la Fórmula 1: Michel Schumacher.

El 29 de diciembre de 2013 no fue el automovilismo, sino una roca la que causó su caída mientras esquiaba en los Alpes Franceses, y el golpe le provocó lesiones en el cerebro con secuelas graves.

Tras largas internaciones hospitalarias, lo trasladaron a su mansión en suiza. Allí, mediante cuidados médicos, familiares y por el alto rendimiento físico que sostenidamente había cultivado “Schumi , se logró el milagro de mantenerlo con vida y progresivamente lograr leves mejoras, al punto que ya no estaría postrado en una cama ni conectado a máquinas para sobrevivir. 

Según reportó el diario inglés The Sun, Schumacher, que el próximo 3 de enero cumplirá 50 años de edad, recibe un tratamiento médico para su rehabilitación que semanalmente ronda los u$s 63.000 y ya no está entubado.

En estos cinco años del accidente, su familia tomó recaudos extremos para que no trascienda información sobre el estado de salud del piloto por lo que sólo ocasionalmente la prensa accede a datos actualizados.

Como en noviembre pasado, cuando uno de sus visitantes más asiduos en su residencia, el presidente de la Federación International del Automobil (FIA), Jean Todt, narrara que ambos miraron juntos el Gran Premio de Brasil por televisión.

Hace casi un año, el arzobispo católico alemán Georg Ganswein relató la visita que le hizo al ex piloto en el 2016 y que se quedó junto al ex corredor que yacía postrado en la cama. 

"Me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré. Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael Schumacher, solo se ha vuelto un poco más rellena", contó el religioso sobre la visita de hace dos años.

En una entrevista que el séptuple campeón mundial concedió el 30 de octubre de 2013, dos meses antes del accidente de esquí, destacaba recuerdos significativos. "El campeonato más emotivo fue definitivamente el de Suzuka en el año 2000 con Ferrari", ya que tras 21 años sin título para la escudería y "cuatro años para mí sin lograrlo", finalmente "ganamos la carrera, una carrera excepcional, y ganamos el gran campeonato", declaraba entonces.

Además, Schumacher señaló al finlandés Mika Hakkinen como a uno de los compañeros con los que mejor se llevaba tanto dentro como fuera de la pista. "Es el piloto al que más más he respetado en estos años", confesó.

Y narró qué ídolos lo conmovían en su infancia: cuando ya era fanático del karting "veía a Ayrton Senna" y también a "Vincenzo Sospiria, a quien admiraba mucho porque era un buen piloto". En el fútbol, su máximo astro era el ex arquero de la selección alemana  "Toni Schumacher",  "porque fue un gran futbolista".

Como piloto, decía que "la Fórmula 1 es uno de los deportes más duros que puedes practicar" y revelaba algo insospechado: "siempre he pensado que no soy demasiado bueno", lo cual fue "una de las claves para convertirme en lo que me he convertido".
 

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