EL 25% DE LOS ENCUESTADOS QUIEREN QUE SIGA DILMA

El 62% de los brasileños prefiere nuevas elecciones y sólo el 8% quiere a Temer

El ex candidato presidencial José Serra, asumiría como Ministerio de Educación, y Henrique Meirelles llegaría a Hacienda, luego de la destitución de Rousseff

Un 62 % de los brasileños quiere nuevas elecciones para superar la crisis política actual, según un sondeo del Instituto Ibope. La encuesta marca que el 25% de los consultados quiere que la actual Presidenta Dilma Rousseff siga en el cargo y sólo el 8% cree que el Vicepresidente Michel Temer es la solución al conflicto.
Un dato sorprendente que reveló el sondeo es que el 15 % de los brasileños creen que un sistema de gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático y nada más que un 40 % aseguró que la democracia es la mejor opción.
Una elección anticipada es una alternativa que destacados dirigentes reclaman y que impulsa, entre otros, la ex candidata presidencial Marina Silva.
El proceso de juicio político contra Rousseff, en tanto, sigue su curso. El Senado eligió ayer a los 21 miembros de la comisión que recomendará si debe o no seguir adelante con un proceso de destitución. Como se preveía la comisión está dominada por senadores opositores y se estima que a principios de mayo vote en forma positiva.
El pleno del Senado se reunirá luego y necesitará de 41 de los 81 senadores para separar a la presidencia del poder mientras dura el juicio político propiamente dicho.
Si esto sucede el vicepresidente asumirá provisionalmente. Ante esta coyuntura que se acerca, Temer cerró algunos refuerzos para su futuro gabinete de transición. El nombre más importante es el del senador socialdemócrata José Serra, ex candidato a presidente por el PSDB, quien aceptó conducir la cartera de Educación, luego de intentar llegar al ministerio de Hacienda. Temer lo convenció de que el mejor nombre para el área sería el de Henrique Meirelles, quien presidió el Banco Central durante los ocho años del gobierno de Lula.
El ex presidente del PT, por su parte, sigue con su campaña de defensa del gobierno de Rousseff con críticas muy fuertes a quienes comandan la iniciativa del impeachment. Ayer arremetió contra la "cuadrilla" de legisladores que "implantaron la agenda del caos" en Brasil y alertó sobre el "retroceso" democrático que vive América Latina.
El ex jefe de Estado alertó de que el juicio político que busca la destitución de la presidenta Dilma Rousseff "está comandado por políticos corruptos que no se conforman con el resultado de las urnas".
Lula aseguró que la oposición no se conformó con perder cuatro elecciones y ahora, dijo, quiere implantar su agenda "neoliberal" a través de un "golpe" de Estado.
A su juicio, el "golpe" está respaldado por la elite del país y por los medios de comunicación brasileños, a los que volvió a criticar.
El ex mandatario cargó también contra el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, a quien acusó de comandar el proceso de impeachment a pesar de ser "reo en dos procesos de corrupción".
Lula advirtió de que el Partido de los Trabajadores resistirá en las calles y luchará si avanza la destitución.
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