Efecto coronavirus: cómo funcionan los rescates estatales de empresas en Europa

La crisis económica derivada del Covid-19 obligó a los gobiernos europeos a presentar planes de salvataje para sectores estratégicos, en especial, la industria aérea 

La crisis económica que desató el coronavirus, forzó a las principales potencias a desembolsar megapaquetes de asistencia financiera para rescatar a empresas golpeadas por la pandemia. Sin dudas, las aerolíneas han sido uno de los sectores más afectados: recientemente, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés) pronosticó que este año los operadores podrían perder hasta u$s 84.000 millones y otros casi u$s16.000 millones en 2021

La asociación (que nuclea a 290 aerolíneas) estimó que hasta ahora la industria ha recibido cerca de u$s123 mil millones en ayuda estatal. Los países europeos fueron uno de los primeros en salir al rescate del sector –que consideran estratégico– presionando incluso a la Comisión Europea que, a contramano de su historial, decidió flexibilizar sus restricciones para la entrada de fondos públicos en empresas privadas. ¿Cómo fueron los procesos de rescate en Europa?

Lufthansa

El 25 de mayo, Alemania y Lufthansa cerraron un rescate histórico de 9 mil millones de euros (u$s 9800 millones), el mayor paquete de asistencia que el gobierno de la canciller Angela Merkel ofreció en el contexto de la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus.

Según el acuerdo, el estado tendrá una participación del 20% (con opción a 25% más una acción en el caso de una adquisición hostil) y dos asientos, que no serán funcionarios del gobierno sino "expertos independientes", en el consejo supervisor de la compañía. El gobierno –que no podrá tener injerencia en las operaciones cotidianas de la empresa– estableció una fecha tentativa de salida en 2023, sujeta a cuán rápido pueda recuperarse Lufthansa.

Entre otras cosas, el plan de salvataje incluyó 5700 millones de euros (u$s 6.2 mil millones) en formato 'participación silenciosa' (capital sin derecho a voto en la compañía), 300 millones de euros (casi u$s 327 millones) en acciones compradas a un precio de descuento de 2.56 euros y un crédito a tres años por 3 mil millones de euros (u$s 3.2 mil millones) del banco estatal KfW y bancos privados.

Luego de tensas negociaciones con la Unión Europea, Lufthansa finalmente consiguió la aprobación del bloque para el rescate. A cambio, la compañía aceptó reducir su presencia en los aeropuertos de Frankfurt y Munich a cuatro aviones para cada uno y recortará su frecuencia a 12 vuelos diarios de ida y vuelta, dejando más espacio para la competencia en sus principales fortalezas.

Este lunes, además, Austria anunció que inyectará otros 450 millones de euros (u$s 508 millones) en el brazo austríaco de la aerolínea. Austrian Airlines recibirá 150 millones de euros en ayuda directa más 300 millones de euros en préstamos suscritos por el gobierno austríaco para  ayudar a sostener la unidad. Por su parte, la empresa accedió a nuevos acuerdos de  precios de pasajes aéreos y se comprometió a mantener Viena como su centro de operaciones para Europa central y oriental durante al menos 10 años.

Previamente, Lufhtansa se había asegurado otros u$s 1300 millones en apoyo estatal para su brazo suizo. El avance austriaco deja a Bélgica como el único de los cuatro países de origen del grupo que aún no ha llegado a un acuerdo sobre la financiación de emergencia, aunque hay conversaciones en curso.

Lufthansa salió a buscar fondos de emergencia después de que la pandemia del Covid-19 paralizara la actividad, dejando en tierra los vuelos y agotando las reservas de efectivo. La compañía ya anunció que cerrará su unidad de vuelos low-cost, Gemanwings, recortando su flota en cerca de 100 aviones.

Pero incluso con el salvataje de Mekel, el CEO de la compañía, Carsten Spohr, dijo la semana pasada que estaba trabajando en planes para recortar gastos y vender activos para ajustarse a la ‘nueva normalidad’ y poder repagar el rescate del gobierno alemán. La compañía estimó que podría despedir hasta 20.000 empleados.

Airbus

Esta semana Francia dio a conocer un plan de 15.000 millones de euros (u$s 17.000 millones) para rescatar a su industria aeroespacial, especialmente al fabricante Airbus (un consorcio integrado por Francia, Alemania, el Reino Unido, España y China, entre otros inversores), con sede en Toulouse.

El amplio paquete de ayuda presentado por el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, incluye: fondos por 1300 millones de euros (casi u$s 1500 millones) para ayudar a los proveedores a modernizarse; otros 1500 millones de euros (u$s 1683 millones) en tres años para investigación y desarrollo de aviones más ecológicos; refuerzo de las garantías de crédito a la exportación de Francia, Reino Unido y Alemania para la compra de aeronaves; moratoria de un año para los reembolsos de los préstamos garantizados de las aeronaves que ya se han pedido: y compras militares para jets, helicópteros y aviones no tripulados.

Entre Airbus y los cientos de proveedores franceses que trabajan con el gigante aeronáutico, la industria emplea a unas 300.000 personas en Francia y le genera unos 58.000 millones de euros (unos u$s 65 mil millones) en ingresos anuales

"Debemos salvar nuestra industria aeroespacial", dijo Le Maire y estimó que la recuperación probablemente llevará de dos a tres años. El ministro dijo que hay unos 100.000 puestos de trabajo amenazados y que, si bien un recorte laboral sería inevitable, el paquete está diseñado para financiar retiros voluntarios.

Por su parte, Airbus –junto con el fabricante de motores Safran SA, Thales SA y Dassault Aviation SA–, contribuirá a un fondo para ayudar a las pequeñas y medianas empresas afectadas por la crisis. Aunque tienen un acceso limitado a la financiación de la banca comercial, algunas se consideran estratégicas porque también son proveedores de defensa.

En este sentido, el ministro de Transporte francés Jean-Baptiste Djebbari ya había advertido que las empresas chinas están haciendo "ofertas" a pequeñas y medianas empresas con "habilidades críticas".

Air France-KLM

El ambicioso plan del gobierno galo para salvar a su industria aeronáutica incluye los 7000 millones de euros (u$s 7854 millones) que destinará para el rescate de Air France-KLM, aprobado en mayo por la Comisión Europea. De hecho, una de las condiciones para que Francia accediera al salvataje (que contempla 4000 millones de euros en créditos bancarios a un año respaldados por el Estado en un 90%; y otros 3000 millones de euros en préstamos directos por cuatro años) fue que la aerolínea sea “un buen cliente para Airbus.

El ministro Le Maire también señaló que habrá un recorte de vuelos domésticos y condicionó la ayuda estatal a que Air France-KLM se convierta en la empresa “más respetuosa con el medio ambiente. En esta línea, el ministro de Finanzas había explicado que varias de las rutas de cabotaje que realiza la aerolínea, por ejemplo Burdeos-Lyon, ya son cubiertas por la red de trenes de alta velocidad TGV, por lo que consideró que ese tipo de vuelos “no están justificados . Le Maire fue categórico y dijo que donde haya un servicio de tren de menos de 2 horas y media los vuelos serán discontinuados permanentemente. La iniciativa podría significar una restructuración de cerca del 40% de las rutas de la compañía. Por su parte, el ministro explicó que "el costo en términos de emisiones de carbono es demasiado alto .

El gobierno holandés también anunció que inyectaría otros entre 4000 millones de euros en fondos de emergencia para la compañía, elevando el rescate total a más de u$s 10 mil millones. Si bien los Países Bajos –que, además, temen que su participación en la compañía sea reducida frente a la avanzada de Francia– todavía no terminaron de definir las condiciones para el préstamo, en principio no se permitiría la distribución de dividendos entre los accionistas y se suspenderían los bonos o acuerdos de reparto.

La compañía, que lentamente está comenzado a reanudar su operatoria, especuló que en los próximos meses funcionará al 10% o incluso menos. En abril suspendió el 90% de su actividad y adoptó un plan de ahorro de 200 millones de euros (u$s 224 millones) que incluyó rebajas salariales y una reducción de inversiones de 350 millones de euros (cerca de u$s 400 millones).

En un comunicado, la Comisión Europea señaló que Francia había demostrado que todos los demás medios potenciales para obtener liquidez en los mercados "ya han sido explorados y agotados" y que el préstamo le daría "liquidez vital para afrontar este difícil período, antes de la esperada recuperación de las ventas una vez que se levanten progresivamente las restricciones".

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