EE.UU.: lo que realmente importa es cómo se distribuirán las fuerzas en el Congreso

En las elecciones que se realizarán hoy en los Estados Unidos, más allá de si el presidente Barack Obama consigue la reelección, o si por el contrario, quien resulta ganador es el republicano Mitt Romney, lo que verdaderamente importa es cómo queden distribuidas las fuerzas partidarias en el Congreso.


Si gana Obama, por ejemplo, pero la Cámara de Representantes queda en manos de los republicanos, el bloque opositor se encargará de obstruir muchas de las promesas de campaña del líder demócrata, tal como lo ha venido haciendo hasta ahora.


Y las últimas encuestas afirman que el Partido Republicano podría retener su mayoría en la Cámara de Representantes (435 escaños), compuesta actualmente por 241 republicanos y 194 demócratas. Para alcanzar la mayoría se necesitan 218 escaños.


El caso del Senado estaría más disputado. De los 33 escaños que se disputan en estas elecciones, los demócratas tienen que defender 23; mientras que los republicanos, para alcanzar la mayoría, deben retener los 10 restantes y ganar otros 4 a los demócratas. El Senado está compuesto actualmente por 53 demócratas (incluyendo a dos independientes) y 47 republicanos. Se necesitan 51 escaños para obtener la mayoría.


En un sistema presidencialista como el estadounidense, en el que el poder ejecutivo y el legislativo están separados y se eligen de forma independiente, la renovación del Congreso es de vital importancia, ya que determina la capacidad de la Casa Blanca para sacar adelante sus proyectos.


Tras perder la mayoría en la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas de medio término en 2010, Obama ha tenido mucha dificultad en lograr pasar por el Congreso muchas de sus iniciativas por el freno republicano. Su prometida reforma migratoria, el déficit fiscal, el tema de Guantánamo, la ley del Presupuesto y el vencimiento a fin de año de las exenciones impositivas que George W. Bush otorgó en 2002, figuran entre los asuntos que quedaron sin resolver.


Antes había conseguido la aprobación del tan criticado por los republicanos programa de salud, medicare, que beneficia a personas de bajos recursos.


Y en el caso de que el ganador sea el republicano Romney, éste tendrá las mismas dificultades si el Senado permanece bajo el control de los demócratas.


Lo ideal sería que el ganador lo haga por amplio margen, pero dadas como están las circunstancias según las encuestas, con un final de carrera electoral cabeza a cabeza entre los dos candidatos, lo más probable es que el próximo presidente de EE.UU. tenga muchas dificultades para gobernar.

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