Desde la cárcel, Lula oficializó su candidatura a la presidencia de Brasil

La convención del Partido de los Trabajadores proclamó al exmandatario, pese a que en las próximas semanas la Justicia Electoral dictaminará si puede presentarse a los comicios.

El Partido de los Trabajadores proclamó este sábado la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva y lo designó como abanderado presidencial a pesar de su arresto y de que probablemente el tribunal electoral no le permitirá disputar las elecciones de octubre.

En su convención nacional, celebrada en San Pablo, la mayor fuerza de izquierda de Brasil apostó todas sus fichas en Lula, líder en las encuestas, y lo confirmó como candidato, pero dejó abierto el nombramiento de su vicepresidente.

"No existe política en Brasil sin hablar de Lula y sin hablar del PT", declaró en la convención la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, después de que unos 2000 delegados aprobaran la designación de Lula, favorito en los sondeos pese a estar purgando 12 años de cárcel por corrupción.

La expresidenta Dilma Rousseff fue una de las oradoras del acto.

Aparte de Lula, otros dos candidatos fuertes se lanzaron al ruedo para los comicios del 7 de octubre, con una eventual segunda vuelta el 28: el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro-derecha); y la ecologista Marina Silva, del partido Rede Sustentabilidade.

Lula purga desde el 7 de abril una condena a 12 años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. La condena fue confirmada por una corte de apelación, lo cual debería inhabilitarlo para competir en una elección, en virtud de la "Ley de Ficha Limpia" promulgada por él mismo en el último año de su mandato.

En Brasil la votación es obligatoria, pero dos encuestas recientes muestran que de un 33% a un 41% de los electores están tentados por la abstención. Si Lula es candidato, el porcentaje disminuye, pero sigue abarcando a casi un cuarto del padrón.

Pero en espera de que la justicia electoral así lo determine (probablemente en la segunda quincena de agosto), nade le impide al PT proclamarlo candidato, velando aún más la visibilidad sobre las que se anuncian como las elecciones más inciertas desde la restauración de la democracia en 1985.

Por el momento, Lula no escogió el nombre de su eventual vicepresidente, lo cual da pie a todo tipo de especulaciones.

En las próximas semanas la Justicia Electoral dictaminará si Lula puede participar de las elecciones.

Uno de los nombres más mentados es el del exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, que forma parte del equipo legal del expresidente, lo que le da libre acceso al líder en prisión.

En Brasil la votación es obligatoria, pero dos encuestas recientes muestran que de un 33% a un 41% de los electores están tentados por la abstención. Si Lula es candidato, el porcentaje disminuye, pero sigue abarcando a casi un cuarto del padrón.

En todo caso, todo parece indicar que, por octava vez consecutiva, Lula será una figura clave en la carrera presidencial de Brasil.

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