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Los nuevos asesores que necesita British Petroleum

La imagen pública de BP está casi tan debajo del agua como el pozo que sigue perdiendo petróleo en el Golfo de México. Pero desde la explosión en la plataforma y el subsiguiente derrumbe en el precio de las acciones, la empresa le ha recordado continuamente al mercado que es fuerte financieramente. Sin embargo, los informes según los cuales BP habría contratado a Credit Suisse y a Blackstone, cuyo nuevo negocio de consultoría es reconocido principalmente por su trabajo de reestructuración, alimentan rumores que dicen que el directorio de BP está asustado y contempla todas las contingencias posibles.

Más allá de tener en cuenta una teórica situación de insolvencia, los ejecutivos de banca de inversión podrían trabajar en varios planes. Primero, en una defensa en caso de intento de takeover. Las probabilidades de que ese intento se produzca son escasas. Nadie va a querer asumir la responsabilidad por el actual desastre.

Segundo, los asesores podrían ser contratados para evaluar un ejercicio de recaudación de capital. Pero BP no necesita capital. Incluso si pone u$s 20.000 millones en un fondo destinado a cubrir los costos del accidente, Barclays Capital estima que su endeudamiento crecerá sólo a 27%. Esto está dentro de los límites que se fijó como meta y es improbable que requiera una sustancial inyección de capital.

Más probable es que a la gente de banca de inversión se le pida que prepare una estructura para vender, ofrecer en leasing o securitizar los activos de la compañía en caso de necesitar un flujo de caja puente a medida que comiencen a presentarse los pedidos de pago por el desastre. Pero aunque los altibajos en el precio de las acciones de BP indican que ni los inversores ni los directivos tienen idea de cuáles serán las dimensiones de la cuenta final a pagar, la empresa genera montañas de dinero al contado. Y si la calamidad del Exxon Valdez puede usarse como guía, BP tiene el tiempo de su parte. Los litigios relacionados con el derrame petrolero de 1989 se resolvieron recién el año pasado y Exxon pagó sólo una décima parte de los u$s 5.000 millones por daños y perjuicios que enfrentaba originalmente y hoy es la segunda compañía más grande del mundo. Tal vez BP necesitaría más abogados que asesores de banca de inversión.

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