El Gobierno invertiría u$s 300.000 M en más y mejor internet junto a Chile y China: cuál es el negocio y para qué sirve

En enero, Alberto Fernández se alió con la presidencia de Chile para instalar un cable submarino de internet que conectará América del Sur con Asia. En la Argentina, ya operan seis cables submarinos que proveen servicios a todo el territorio. Cómo funcionan y de qué se trata.

El 26 de enero de este año, el presidente Alberto Fernández visitó Chile para firmar el proyecto del cable submarino Transpacífico "Puerta Digital Asia Sudamérica". Se trata de un cable submarino de internet que conectará todo América del Sur con Asia. Esta nueva instalación complementará al cable submarino de Las Toninas.

Aproximadamente, cada metro de cable cuesta US$ 30 y, según fuentes del sector, la implementación del cable transpacífico podría necesitar una inversión de más de US$ 300.000 millones de dólares, teniendo en cuenta los anclajes y amarres necesarios para su funcionamiento. El aporte de la Argentina será determinado por "un acuerdo común entre Desarrollo País, la entidad pública chilena a cargo de la estructuración del mismo y ARSAT", anunció el Gobierno en el comunicado oficial.

"La instalación de este cable submarino y que el presidente se haya acercado a los chilenos es muy positivo. Todo lo que crea competencia, termina bajando los precios y todo lo que es monopolio (sic) termina subiéndolos. Las Toninas es el punto más económico porque, al entrarlo mucho más al norte, es más seguro, es el punto más cercano a Buenos Aires y te escapás del Río de La Plata", dice Horacio Martínez, CEO de Silica Networks.

Las Toninas.

Las Toninas es la capital nacional de internet ya que allí se ubica el cable que conecta al país con el mundo. Todos los países tienen cables que entran y salen de la tierra a aproximadamente 6.000 metros bajo el mar para proveer servicios de conectividad.

Los modernos utilizan fibra óptica y los láseres a los extremos "disparan" las velocidades de internet. La fibra óptica está recubierta con capas de plástico y de acero para ser protegidas.

En todo el mundo, hay aproximadamente 406 cables submarinos que brindan servicios de internet, según HMN Technologies. En la Argentina, operan seis cables submarinos.

A fines de 2020, la multinacional Google anunció la llegada de una extensión del cable submarino Tannat que conecta a todo el territorio argentino con Brasil y Uruguay. Este proyecto de infraestructura ayudará a mejorar la conectividad de todos los usuarios de internet, pero principalmente de aquellos que utilizan servicios de la empresa con sede en Mountain View. El cable submarino Tannat llegó en 2018 y tiene 2.000 kilómetros. Los dueños son Google y la empresa estatal de servicios Antel, de Uruguay.

Para principios del año que viene, se espera la llegada de un cable de 2.600 kilómetros de extensión llamado Malbec. La inversión será realizada por el proveedor Globenet y la multinacional Facebook y su tarea será conectar a Las Toninas con Praia Grande y Río de Janeiro, Brasil. Se espera que este cable duplique la capacidad actual de conexión.

En la Argentina, el primer cable submarino fue inaugurado por el entonces presidente Carlos Menem en 1995. Fue llamado "Unisur" y llegó de la mano de una inversión de la empresa Telxius de Telefónica y Antel, la empresa estatal de telecomunicaciones de Uruguay.

Cinco años después, fue instalado Atlantis-2, un cable submarino de 8.500 kilómetros. Llega desde Las Toninas a Brasil, Portugal, España, Senegal y Cabo Verde. La inversión fue hecha por empresas europeas y Telecom Argentina, entre otras.

Red de cables submarinos. Fuente: TeleGeography.

En el año 2000, llegaron al país 20.000 kilómetros más de cable de la mano de Telecom Italia y Lumen. Este enlace es conocido como "SAC" y une 11 países de Sudamérica. En marzo de 2001, culminó la instalación del cable submarino SAm-1, que mide 25.000 kilómetros de largo y conecta 16 países. La operadora Telxius de Telefónica es la propietaria del cable.

Una de las instalaciones más recientes fue en diciembre de 2011, cuando Telecom Argentina y la empresa uruguaya Antel unieron a los dos países con Tannat, un cable submarino de 250 kilómetros.

Otras inversiones (y conflictos)

Por otro lado, una de las últimas inversiones para expandir las redes de fibra óptica llegó de la mano de Metrotel -una proveedora de servicios de telecomunicaciones- y Silica Networks, una empresa que provee infraestructura fibra óptica. Las empresas invirtieron US$ 10 millones para construir una nueva ruta de alta capacidad que conectará a toda Buenos Aires con los cables submarinos que llegan desde Las Toninas.

"En un contexto en el que las inversiones no abundan, este proyecto impulsa el desarrollo local al abrir la fibra en las localidades por las que pasa la red, tal es el caso de General Lavalle y General Conesa (provincia de Buenos Aires), localidades que a pesar de estar a la vera de la ruta por donde pasa la fibra óptica desde 1999, no contaban hasta ahora con conectividad de alta capacidad", indica Martínez.

En agosto del año pasado y por la emergencia sanitaria, el Gobierno declaró "servicios públicos esenciales y estratégicos en competencia" a la telefonía celular y fija, internet y la televisión paga, al tiempo que suspendió "cualquier aumento de precios o modificación de los mismos". Este Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) cambió drásticamente las reglas del juego de las empresas de servicios.

Según fuentes del sector, el DNU impactó negativamente y, por las condiciones actuales, muchas redes de telecomunicaciones operan en condición de pérdida. "El país necesita políticas públicas que contemplen cómo hacer más eficiente y económico el despliegue de redes", apunta un vocero de Telefónica Movistar. Desde Telecom, en tanto, aseguran que "estas medidas intervienen en la gestión y eliminan incentivos para la necesaria innovación".

"Las reglamentaciones de la administración actual han generado duda en las inversiones. Las inversiones para los años futuros están frenadas. Las empresas tienen sus proyectos frenados. Si queremos que las telecomunicaciones evolucionen en el país, estamos ante una dificultad. No tenemos una ley nacional que fomente el despliegue de fibra óptica", concluye Ariel Graizer, presidente de la Cámara Argentina de Internet (Cabase).

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