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La forma en que las empresas perciben la inteligencia artificial (AI) está experimentando una transformación profunda. Lo que hace apenas unos años se veía como una simple herramienta tecnológica, ahora es considerado por tres de cada cuatro ejecutivos como un verdadero colaborador dentro de sus organizaciones.

Según el noveno estudio anual global sobre inteligencia artificial y estrategia empresarial, publicado por MIT Sloan Management Review y Boston Consulting Group (BCG), el 76% de los ejecutivos encuestados ya no ven a los agentes de IA como meras herramientas, sino como entidades capaces de planificar, actuar y aprender por sí mismas.

Una adopción sin precedentes

La velocidad a la que las empresas están incorporando estos sistemas supera cualquier adopción tecnológica anterior. En menos de dos años, el 35% de las organizaciones ya están explorando el uso de IA agéntica, y otro 44% planea implementarla próximamente. Esto significa que casi ocho de cada diez empresas están apostando por esta tecnología.

“En América Latina vemos un interés creciente por acelerar el uso de agentes de IA. El estudio muestra que, a nivel global, esta tecnología avanza más rápido que el rediseño de procesos y modelos de decisión, lo que abre una oportunidad única para que las empresas de la región actúen con visión estratégica”, señaló Julián Herman, managing director & partner en BCG.

<div class="migrated-promo-image__description"><div class="migrated-promo-image__source">Fuente: Shutterstock</div></div>
Fuente: Shutterstock
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Más autonomía, más responsabilidad

La investigación, que encuestó a más de dos mil ejecutivos de 21 industrias y 116 países, revela que los sistemas de IA agéntica se están convirtiendo en compañeros de equipo autónomos, capaces de ejecutar procesos complejos y adaptarse sobre la marcha. Esta evolución plantea un cambio fundamental: la autoridad de toma de decisiones por parte de los sistemas de IA aumentará un 250% en los próximos tres años.

El 58% de los líderes en adopción de agentes IA espera cambios significativos en las estructuras de gobernanza de sus organizaciones durante este periodo, reconociendo que gestionar estos sistemas requiere enfoques simultáneos de recursos humanos y técnicas de administración de activos.

El impacto en la estructura organizacional

Las empresas más avanzadas en la implementación de IA agéntica ya anticipan transformaciones profundas en su forma de operar. El 66% de estas organizaciones líderes espera cambios en sus modelos operativos, comparado con el 42% de aquellas que recién comienzan este camino.

Los cambios también llegarán a la composición de los equipos: el 43% de los líderes en adopción de inteligencia artificial prevé contratar más perfiles generalistas en lugar de especialistas, el 45% anticipa una reducción de niveles de mando intermedio, y el 29% espera menos puestos de nivel inicial.

A pesar de los temores sobre el impacto de la IA en el empleo, el estudio arroja datos alentadores: el 95% de las personas que trabajan en organizaciones líderes en IA agéntica reportan un impacto positivo de esta tecnología en su satisfacción laboral.

Además, el 73% de estos líderes prevé que el uso de agentes IA fortalecerá la capacidad de diferenciación de su organización, frente al 53% de las que aún no la han adoptado. A nivel individual, el 76% de los colaboradores en organizaciones líderes cree que esta tecnología impactará positivamente su capacidad para destacarse entre sus colegas, comparado con solo el 49% en organizaciones sin implementación.

El desafío pendiente

Sin embargo, la velocidad de adopción supera la capacidad de las organizaciones para adaptarse. Pocas empresas han desarrollado los marcos de gestión necesarios para rediseñar sus flujos de trabajo, modelos de gobernanza, planificación de inversiones y estrategias de talento.

“No se trata solo de implementar tecnología, sino de establecer reglas claras para generar valor con seguridad”, enfatizó Herman. Y agregó: “Los datos del estudio confirman que la autonomía de la IA crecerá con fuerza en los próximos años. Para la región, esto implica preparar marcos de gobierno capaces de adaptarse a sistemas que aprenden, toman decisiones y requieren distintos niveles de supervisión según el contexto”.